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jueves, 11 de septiembre de 2008

Cadáver exquisito


Me encantan estos experimentos como el que estuvo desarrollando finn5fel desde Sunny Jhanna, creando cada semana una viñeta de un webcómic, Organic, en el que el guión podía derivar en tramas y subtramas cada cual más extraña. Los comentarios guiaban la historia y la verdad es que me lo pasé bastante bien con la experiencia. Ahora me entero (gracias, finn5fel) que el mexicano Humberto Ramos (impresionante su obra Revelations) se ha propuesto con unos cuantos amiguetes hacer una historieta a ocho manos. Exquisite corpse o Cadáver exquisito es el nombre del proyecto. Ya han realizado las primeras ocho entregas y ahora vuelve la ronda. Y tiene muy buena pinta...

domingo, 13 de julio de 2008

Cuba para principiantes


Si la lectura de Los Supermachos fue un disfrute que por momentos me saltaba las lágrimas de la risa, Cuba para principiantes, sin estar al nivel de hilaridad de los personajes de San Garabato, es uno de esos cómics que sin proponérselo han marcado una época y futuras tendencias en esto de la historieta.


Tenía mucho interés en echarle el lazo a este clásico de la historieta universal. No en vano, el señor Eduardo del Río (Rius) inició con esta publicación la popular serie "para principiantes" que en el ámbito anglosajón pasó a denominarse for dummies. Y vaya si ha tenido éxito el invento...Física para principiantes, Matemáticas para principiantes, Jardinería, Carpintería, Informática y un largo etcétera de títulos que tienen un denominador común: el uso del lenguaje de la historieta en muy diversas temáticas y disciplinas. Poco se podía imaginar Rius que daría con una gallina de los huevos de oro (para las editoriales, claro) al escribir su Cuba para principiantes allá por 1966.


El libro en sí es una historia resumida de Cuba desde una posición ideológica muy próxima al comunismo y, por lo tanto, a favor de la revolución cubana de 1959. Cabe tener en cuenta la fecha de la publicación de este libro, a mitad de los años 60, en pleno periodo de cambios en la Isla caribeña, cuando todavía parte de la intelectualidad europea, francesa en especial (Sartre, Beauvoir...), veía con esperanza y admiración lo que se estaba produciendo en Cuba.


Además del posicionamiento ideológico del autor a la hora de acometer esta empresa, no hay que olvidar los problemas por los que pasó su autor en la elaboración y sobretodo en la distribución del libro. Ninguna editorial quiso publicarlo por "subversivo" y como cuenta el propio Rius tuvo que distribuir 1000 ejemplares casa por casa. Y eso es lo más interesante, desde mi punto de vista, de Cuba para principiantes. El enorme éxito que cosechó (ayudado por la traducción al inglés que se distribuyó en los setenta en USA) convirtió esta historieta en el libro más leído y conocido sobre Cuba hasta el momento.


Encontramos el más puro estilo Rius, su finísima ironía, junto con el cachondeo más fresco que te lleva a esbozar una sonrisa durante toda su lectura. Rius es un maestro de la historieta, eso pocos lo dudan. Aunque en la serie de Los Supermachos se aprecie mejor su maestría en el manejo de la historieta, esta diferente historia sobre Cuba a nadie deja indiferente y resulta una lectura de lo más interesante.
Una lectura muy recomendable tanto por el siginificado de esta obra en la historia de la historieta como por la propia obra. Además viene acompañada de algunas colaboraciones de René de la Nuez, el humorista gráfico más conocido de la historia reciente de Cuba. La obra de Rius merecería ya mismo un espacio en las librerías españolas, porque reediciones ya existen, sin embargo habrá quien piense que no conectaría con el público español. Será porque no han leído Los Supermachos...

sábado, 3 de noviembre de 2007

Los Supermachos de Rius



La decisión de ceder los derechos de Los Supermachos a Colmenares, el editor en cuestión, venía precedida por constantes avisos por parte de gobernación para que moderara los ataques que desde la historieta se vertían sobre las incongruencias de una revolución hecha por y para el pueblo, pero que acabó aupando a unos cuantos a la posición de caciques (como Don Perpetuo del Rosal en el cómic), generando un verdadero cuerpo administrativo altamente corrupto (“la mordida” es otro de los temas clásicos de Los Supermachos) dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), contradicción donde las haya: revolucionario e institucional. Pero ojo, el que haya estudiado un poco la historia de México reconocerá que el gobierno de la época (años 60) no era cualquier cosa. Díaz Ordaz en la presidencia y Echeverría en Gobernación. Una joya el hombre. Fue el responsable de la matanza de Tlatelolco cuando miles de manifestantes se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas para criticar la política del gobierno por las carencias que soportaba la sociedad mexicana. Los manifestantes querían atraer la opinión pública porque ese mismo año de 1968 México celebraba los Juegos Olímpicos. El resultado de la masacre, en la que participaron agentes de policía del gobierno vestidos de paisano fue de decenas de muertos. Hay fuentes que hablan de centenares. Echeverría años después sería elegido presidente de la nación para mayor escarnio de la población mexicana. Así que poquitas bromas se podían hacer contra el gobierno. Pero Rius las hizo.

Sin embargo, como declara Rius, estaba claro que el éxito de la historieta radicaba en sus ácidas críticas al gobierno, a la corrupción, a la moral establecida, a las costumbres propias de una sociedad que acogió la historieta como un soplo de aire fresco y divertido. La jugada de Colmenares fue registrar la historieta a nombre de uno de sus empleados, con lo que pocas opciones le quedaban a Rius para reclamar la propiedad intelectual de sus personajes. Al final cedió y con espíritu de resignación pero infatigable, creó su segunda historieta, Los Agachados.

Sobre la apropiación por parte de la editorial de la historieta, David W. Foster, reconocido crítico en los estudios culturales, From Mafalda To Los Supermachos (1989), enfocó el hecho como un reflejo de la cercanía entre el cuento popular, el folklore, y cierto tipo de historieta que se crea desde la colectividad, en lugar de postular la autoría intelectual individual, hecho que desmarca de la esfera folklórica las producciones culturales. Esta misma idea la sostiene Martin Barker en su libro Comics: ideology, power and the critics (1989) cuando trata la historieta británica. Sin embargo, Ana Merino, El Cómic Hispánico (2003), cree que hay un error en el enfoque del análisis que hace Foster, ya que en su libro decide analizar una historieta de Los Supermachos que no era de Rius, sino del equipo de dibujantes que se encarga de la serie cuando Rius se ve obligado a salir de la editorial. A la luz de los hechos parece evidente que Merino tenía razón.

Y ya basta de crítica y temas laterales (aunque importantes como se habrá comprobado). Vamos a hablar de la historieta. Como ya se ha dicho, la historieta tiene lugar en el pueblo de San Garabato, en el centro de la República. Los personajes, se pueden considerar una representación de la sociedad mexicana: Don Perpetuo del Rosal (el cacique), Dn Fiacro (el tabernero español), Doña Eme ( la beata), Don Lucas (el boticario intelectual), Juan Calzonzín (el indígena), etc. Este último se considera el protagonista de la historieta, aunque no siempre es el personaje sobre el que giran los acontecimientos. Hay un protagonismo colectivo, todo el pueblo suele participar de una manera o de otra en cada número. Se empezó a publicar en 1965 y duró hasta finales de los 60 aunque no tengo el dato exacto.

La historieta tiene un humor fresco, satírico. Se mete con todo y con todos y eso hace que sea una lectura tan entretenida. Mientras por un lado se asumen las desigualdades como parte intrínseca de la vida, por otro, se critican esas mismas desigualdades con una ironía muy fina. Pero todo basado en una actitud de aguante ante lo que venga, una actitud de macho, no, ¡de Supermacho! La parte gráfica tiene un dibujo sencillo, sin detallismo, aunque con mucha expresividad. Pero sobretodo, destacan los guiones. Las conversaciones de los personajes son hilarantes, las historias están muy bien trenzadas y uno llega a familiarizarse con cada personaje. Son historietas realmente divertidas, del tipo que te hace reír a carcajadas. Y eso se agradece mucho.

En numerosas ocasiones se hace referencia a lo que ocurre a nivel nacional e internacional con lo que es un buen reflejo de lo que estaba pasando en la época. Se hacen numerosas bromas sobre el vecino del norte, el Imperialismo y el Comunismo. Pero no es en sí una historieta política. Tiene más bien un carácter social, costumbrista y en ese reflejo de la sociedad radica el éxito. Sin lugar a dudas, después de leer el recopilatorio de 12 historietas que publicó Grijalbo, Los Supermachos están en mi lista de cómics preferidos. Una lectura altamente recomendable y que merecería YA una reedición en España. A ver si alguna editorial se anima a reeditarlo. Ahora que estamos en momento de cambios en las editoriales y se reeditan clásicos como El Eternauta de Oesterheld y Breccia que saldrá en diciembre, bien podrían girar la mirada hacia México y acordarse de Mis Supermachos de Rius.

LINKS DE INTERÉS SOBRE RIUS:

En la página web Los Supermachos remasterizados hay una versión digital,. a color, de uno de los episodios.
Hay una página web supuestamente oficial de Rius en la que hay bastante información sobre sus libros.
En el link de La Jornada hay un artículo de la escritora mexicana Elena Poniatowska, quien también es una gran admiradora de Rius.
En Milenio otro artículo en el que habla Rius sobre la crisis de la historieta en México.




jueves, 1 de noviembre de 2007

100 entradas, ¡un supermacho, sí señor!


Como el que no quiere la cosa, hemos llegado a las 100 entradas en Filocomic. Un número, redondo, muy bonito, que resume los 5 meses que lleva el blog en activo. Lo que empezó como un espacio para debatir, compartir lecturas, aprender de otras personas que saben bastante más que yo de la historieta, incluso como ejercicio de escritura (más o menos constante), ha llegado a las 100 entradas ¡y sigue abierto! Realmente no tenía ni idea cuando lo empecé si duraría mucho o poco. El caso es que disfruto mucho escribiendo en Filocomic, subiendo cosas que encuentro por aquí y por allá, comentando las últimas lecturas de cómics, los libros de crítica que voy leyendo (que suelen convertirse en entradas más espesitas, sorry) o hablando con las personas que se dejan caer por aquí. Por eso siento el blog muy joven, así que lo voy a dejar crecer, a ver si cumplimos 100 entradas más. Bueno y ya basta de recapitulaciones. Al asunto.

Hace varias semanas que me dedico a leer más cómics made in USA o Britain que historietas escritas en español. Claro, tengo al alcance mucho más material y de manera ciertamente asequible, vamos, a precio cero. ¡Fantástica la biblioteca de Nottingham, sí señor! Hoy vamos a invertir la tendencia.

Hace algún tiempo que terminé Mis Supermachos del mexicano Rius. Ha sido una lectura sosegada, sin prisas, dosificándola para disfrutarla como se degusta un buen vino. O un buen “pulque” como diría Chon Prieto, uno de los habitantes de “San Garabato”. Esperaba un buen momento para poner la entrada de la obra de Rius porque Mis Supermachos se merece un lugar de honor en la historia del cómic. No suelo reírme cuando leo historias cómicas. Ya sea novela o historieta. Pero con Mis Supermachos me he reído y bien a gusto. La serie comenzó a tomar cuerpo allá por el año 65, que no empezó siendo un buen año para su autor. En abril le despedían del periódico El Universal por dibujar caricaturas comprometedoras con los intereses del diario. A la embajada estadounidense no le gustaban particularmente. También había perdido el trabajo elaborando el suplemento humorístico de la revista semanal Sucesos que se llamaba “El Mitote Ilustrado”. Eran malos tiempos para Rius y en la cabeza le rondaba dedicarse a otra cosa que le reportara mayores beneficios.

A finales de abril del 65 Rius se encontró con un cuate que le propuso hacer una historieta para una editorial pequeña en la que estaba asociado y que se dedicaba a la historieta. A Rius le pareció estupendo pero no tenía ni idea de cómo hacer una historieta ni sobre qué. Así que se puso a leer todo lo que se publicaba por aquellas fechas (como La Familia Burrón de Gabriel Vargas) y al final llegó a la idea de crear un pueblito en el centro de la República y eligió un título: Los Supermachos de San Garabato. En junio del 65 se publicó la primera historieta de Los Supermachos. Más tarde, con 100 números a las espaldas, la revista vendiéndose como churros, llegaría la parte turbia del acuerdo. El otro socio de la editorial estaba preparando el terreno para no depender de Rius y dejarle fuera del negocio. ¡De hecho imprimió 3 números de la revista con guiones y dibujos que no eran de Rius! Al final, el autor tuvo que ceder los derechos de sus personajes a la editorial y desistir de toda acción legal contra la editorial. Una historia más que familiar para el tebeo español.


Cotinuará…