domingo, 15 de junio de 2008

The Sandman. Preludes and Nocturnes

Llegué a tarde a la lectura de The Sandman. Eso seguro. Pero me atengo al refranero español, nunca es tarde si la dicha es buena, para sumergirme en esta lectura hipnótica, fresca e inquietante. Hace unos meses entré en el universo de Neil Gaiman y en vez de hacerlo por el principio lo hice por el medio. Cosas del azar. Me fascinó aquel volumen y me quedé con ganas de más. Ayer satisfice ese deseo con el primer tomo de la serie, Preludes and Nocturnes y el tercero, Dream Country. Y todavía no he llegado ni a la mitad de la serie.

Preludes and Nocturnes me pareció un cómic soberbio. Realmente quedé impresionado por el buen hacer de Neil Gaiman, no tanto por la parte gráfica. Fascinante cómo organiza la historia el señor Gaiman, su originalidad al tratar el mundo de los sueños y lo cuidados que son los diálogos. Para no fastidiarle a nadie la lectura (todavía quedará algún despistado como yo por ahí), me centraré en algunos aspectos generales y trataré de no soltar ningún spoiler.

En primer lugar, cuando uno lee The Sandman creo que no tiene que perder de vista cuando se elabora esta fantástica serie. Son finales de los 80 y el cómic book norteamericano está bastante anquilosado. Tanto es así que la entrada de Gaiman y Alan Moore (especialmente con Watchmen y V for Vendetta) en el mercado editorial renovó de manera sustancial el cómic a nivel internacional y le dotó de una personalidad propia, adulta, literaria. En ese contexto The Sandman es una lectura deliciosa. Influencias del punk londinense (ya en la propia figura de Morfeo y la Muerte por ejemplo) sorprenden a primera vista. Aunque lo más llamativo es el preciso (y precioso) cuidado del guión con unos diálogos memorables y una historia que se desarrolla paso a paso, sin desentrañar todo lo que tiene y lo que puede dar, como se saborea un buen Oporto, lentamente, intensamente. Sin prisas.

¿Qué pasaría si el mundo de los sueños no estuviera estrictamente separado de la realidad? ¿Qué ocurriría si las líneas que marcan la realidad y la no-realidad fueran mucho más difusas de lo que pensamos? Es una pregunta sobre la que muchos artistas han trabajado. Desde la caverna de Platón, pasando por Calderón, Dostoievski u Oscar Wilde, si algo queda de manifiesto es que el sueño es tan real, pertenece de manera tan inmediata a la realidad que las meras fronteras que lo separan de nuestra vida diaria, consciente, son una necedad.

Gaiman se propone precisamente eso mismo, borrar las líneas y sumergirnos en un todo, realidad, sueño, fantasía… en el que todo cabe pero siempre presentado de una manera inteligente, sutil, muy cercana al lector. Gran acierto el de Gaiman al abordar la temática del sueño de una forma a la vez fantástica y muy realista.

Hace unas semanas tuve un sueño. Rara vez recuerdo alguno. Mi pareja me cuenta mis propios sueños ya que es partícipe de ellos. La Diosa de la Fortuna se me apareció y estuvimos charlando. Se lo dije a mi chica, soñando. Ella despierta. Al día siguiente, cuando hablamos del sueño le pregunté si Fortuna nos había dicho algo. “No lo sé”, me respondió. “Estabas hablando con ella y al segundo ya no recordabas nada”. “¡Demonios!” pensé, “qué jugarretas se gasta Morfeo”.

Recomendar un cómic que ha sido premiado con todo lo que se puede ganar es un tanto vacuo. Sólo diré que no es nada parecido a lo que había leído hasta el momento. Es también uno de los cómics más literarios que he leído. En ese mismo nivel de sutileza literaria donde está Mort Cinder, El Eternauta y alguno más. Y es bueno. Muy bueno.


jueves, 12 de junio de 2008

Curiosidades sobre la historieta brasileña

Brasil presenta algunos datos sorprendentes respecto al desarrollo de la historieta a lo largo de su historia. Se puede argumentar, por ejemplo, que es en Brasil donde encontramos los primeros ejemplos de la historieta en Latinoamérica, con la presencia del italiano, afincado en Brasil, Angelo Agostini, allá por 1869. Por otro lado, durante las primeras décadas del siglo XX, las revistas infantiles se establecen en Brasil como lo hicieron en Europa. No eran propiamente cómics pero contenían historietas que con el tiempo se convierten en la parte principal de dichas revistas, amen de los consabidos consejos y recomendaciones de tipo moral y cívico para la formación de los infantes.

Si Angelo Agostini fue una figura esencial en el despegue de la historieta en Brasil, Adolfo Aizen fue la personalidad de los años 30 y 40. Gracias a su conocimiento del cómic norteamericano, en 1934, Aizen puso en marcha el Suplemento Juvenil y trajo a Brasil el cómic USA (Flash Gordon, Tarzan, Mandrake, Popeye, Mickey Mouse…). La competidora del Suplemento Juvenil fue la revista O Globo Juvenil que por su lado, copiando una fórmula que se probaba exitosa, trajo las historietas de The Phantom, Li’l Abner y Alley Oop.

Adolfo Aizen, emprendedor y visionario de la historieta, fundó en 1945 la editorial que dominaría el mercado brasileño durante 3 décadas, desde 1945 (año de la fundación de Editora Brasil America Ltd, EBAL) hasta finales de los 70.

La década del 60 se abre con la creación de la nueva capital, Brasilia, un proyecto innovador, la creación de una nueva ciudad que vertebrara el país desde el centro de su inmenso territorio. La bossa nova era un éxito mundial y el cine, con los planteamientos renovadores del cinema novo, estaba a la vanguardia en América. En la historieta, Disney despliega toda su poderosa maquinaria y se instala con enorme éxito en toda Latinoamérica. Brasil no es una excepción y el mercado queda bajo la sombra alargada de un pato y un ratón. Hasta que a un hombre se le ocurre plantar cara a la todopoderosa Disney usando una fórmula bien conocida. Mauricio de Sousa, la personalidad en la historieta más destacable de esta segunda parte del siglo XX, aplica las técnicas de producción y mercado de Disney hasta conseguir lo que nunca ningún país en Latinoamérica de libre mercado había conseguido: arrinconar a Disney. En 1973, el cómic Mônica vendió 195.000 copias. Y la cifra llegó hasta 262.000 ventas en 1978. Y ya en la década del 90, concretamente en 1998, la producción Disney significaba solamente el 15% de los títulos de Mauricio. Y es que si algo hizo de manera muy ladina de Sousa fue dirigir un grupo notable de artistas que, privados de sus derechos sobre los personajes que crearon, supieron ganarse un público infantil y desterrar a Disney de las estanterías. La pena es que toda esa producción nacional se ha convertido en otro monopolio, el del todopoderoso Mauricio de Sousa. No en vano se le llama el “Disney brasileño”.

Información tomada y adaptada del artículo de Waldomiro C. S. Vergueiro "Children’s Comics in Brasil: From Chiquinho to Mônica, A Difficult Journey” Cartooning in Latin America (2005).

martes, 10 de junio de 2008

Mendel's Daughter. A Memoir

Muy interesante la lectura de Mendel’s Daughter. A Memoir. Su autor, Martin Lemelman, lleva 20 años trabajando en la ilustración a la vez que enseña en una universidad norteamericana. Este libro testimonial, no sé si es una novela gráfica, una obra ilustrada, un testimonio o ninguna cosa de las mencionadas. No importa. Posiblemente sea un poco de todo lo anterior y un mucho de talento y buen hacer.

Martin Lemelman grabó a su madre durante unas semanas en la que tuvo que guardar reposo al caerle un pollo congelado en un pie causándole una rotura. Curiosa historia que recoge el autor en la obra y que sin ese pollo, tal vez nos hubiéramos quedado sin esta emotiva lectura, sincera, descarnada, a veces evocadoramente bella, otras dura, áspera, pero siempre honesta, con una desazonadora sensación de veracidad que otorga el testimonio. Y lo consigue el autor con un estilo gráfico correcto, adecuado, pero con un componente narrativo que te sumerge en la historia y te atrapa por las entrañas, como debe ser. Hay, también, un cuidado uso del collage, con montajes fotográficos aquí y allá que van dotando a la obra de ese sustrato de realidad que, por otro lado, consigue la mera lectura de la historia. Esta característica, la narración escrita que resulta de las confesiones de la madre del autor en numerosas grabaciones, es un documento que rebosa autenticidad. El texto se escribe tal cual, con errores gramaticales propios de emigrantes que aprenden una segunda lengua con dificultades. Una sintaxis sencilla, sin adornos, pero directa y clara en todo momento.

Datos de la obra:

Free Press, October 2006
Hardcover, 240 pages
Price: 19.95$ (Hardcover)

Una curiosidad: en la web jewishlibraries.org hay un apartado en el que he encontrado una bibliografía de novelas gráficas judías. Una bibliografía detallada, aunque me resulte extraño que se hagan listas de obras de un determinado grupo de población, pero bueno… Aparecen referenciadas las obras de Will Eisner, Rutu Modan, Pascal Croci, Joann Sfar, ect. Por cierto, no sabía yo que Scott McCloud también era judío.

jueves, 5 de junio de 2008

La mirada costumbrista de André Juillard


After the rain (1998) (Después de la lluvia, Norma), de André Juillard (París, 1948) es una secuela de la premiada Le cahier bleu (Diario Azul), premio al Mejor Álbum en el Salón del Cómic de Angoulême 1995 y premio especial del jurado en el Festival de Sierre de 1995, que a mí me ha parecido ni fu ni fa. Debería leer Diario Azul para formarme una mejor impresión de la historia global y la ambientación costumbrista que consigue (al parecer con éxito) en su primera obra en solitario. Pero no estaba en la biblioteca. Y como me gusta pasar camino de la Universidad por la biblioteca de la ciudad, escaneo lo que tiene y me llevo lo que puedo.

Independientemente de su obra anterior y adoptando un análisis formalista, esto es, centrándome en la obra y pare usted de contar (uy, cómo me he puesto), After the rain es una historia con planteamiento inicial interesante, la búsqueda de un amigo desaparecido con la única pista de una enigmática fotografía que el protagonista compra en una exhibición. Hasta aquí bien. Luego ya entra la reconocible historia de la amistad entre dos personas, inseparables y el amor que ambos profesan a una misma mujer, cuya presencia está latente en toda la obra pese a no tener un carácter eminentemente protagónico. Y aquí ya he comenzado a arquear la ceja. Sin embargo, hay que reconocerle al autor un dominio exquisito del lenguaje de la historieta, con una secuenciación de la historia muy lograda. Hay ciertos momentos de la historia (no revelaré dónde) cuando el autor prescinde del texto, a todas luces innecesario, para dotar a la imagen, a la viñeta tras viñeta, de un carácter narrativo excelente.

Con todo, le veo dos problemas a la obra. En la parte gráfica, pese a demostrar un más que notable dominio del dibujo de corte realista, la expresividad de los personajes es muy limitada. Este aspecto me parece muy importante en la historieta y según mi humilde opinión, Juillard en esta obra no se luce especialmente. El otro aspecto que me ha distanciado del cómic es la propia trama, el guión. Un buen comienzo, prometedor, pero que termina desembocando en una enrevesada historia, predecible a veces y poco creíble otras.

Pese a lo anterior, me ha gustado el enfoque costumbrista, humano, muy cercano al lector, que hace la obra apropiada para aquellas personas que no leen historietas normalmente. Se agradece la presentación de los personajes como personas de carne y hueso, no son héroes ni antihéroes, son personas con virtudes y defectos, hecho que ayuda a que el lector se relacione con la historia.

Como he dicho ya alguna vez, un cómic de biblioteca (si se puede). Mejor gastar el dinero en otra cosa.

Los políticos hasta en la sopa...o en un cómic


¡¿Gordon Brown en un cómic?! El Premier británico ya no sabe qué hacer para ganar "algo" de popularidad. Dos telediarios le quedan al buen hombre...

miércoles, 4 de junio de 2008

El primer diente de FILOCOMIC

Le ha salido el primer diente de leche a FILOCOMIC. Ya gatea, a duras penas, pero se mueve en este mundo digital donde 1 año pesa más que en el analógico. Perece que fue ayer cuando, fascinado por la reedición de la fundamental obra de Terenci Moix (Historia Social del Cómic, 2007), me decidí a compartir mis impresiones tras la lectura. Y hasta ahora. Como recién llegado a este dominio de la “blogosfera comiquera” he aprendido mucho y lo sigo haciendo, esta bitácora no se propuso otro objetivo que el aprendizaje y el intercambio de ideas. Y bajo esas premisas, no puedo estar más satisfecho de este primer año en la red. Bastantes cosas han cambiado a nivel personal y profesional. Cambio de ciudad (de Valencia a Nottingham), de clima (mejor ni mentarlo), de profesión (vuelvo a ser estudiante, en realidad nunca he dejado de serlo), de casa (ahora vivo en una casa victoriana, ojo, en el mismo bloque donde Charles Chaplin se hospedó durante su gira teatral por Inglaterra hace ya unos añitos) y de estatus (felizmente casado con la maravillosa Irene).

Este segundo año que hoy comienza en FILOCOMIC se propone como un reto atractivo y resbaladizo al mismo tiempo para el blogger. Quiero seguir con la línea marcada de privilegiar la historieta escrita en español frente a la producida en otras latitudes. Eso implica pérdidas y podría incluso llamarse herejía. Bueno, no soy una persona dogmática y tampoco sigo al pie de la letra todas las consignas, ni siquiera las mías. Así que encontrarán entradas sobre cómic norteamericano, francés, etc, etc, pero especial atención se pondrá, como se dijo desde el principio, en la producción en lengua española. Sabemos tan poco de lo que se hace al otro lado del Atlántico que resultaría cuando menos una blasfemia no dedicar un tratamiento especial a la historieta latinoamericana. ¡Y dejémonos de retórica de sacristía!

Gracias por entrar a esta casa y compartir sus opiniones. Sin duda, es lo más enriquecedor de todo este tinglado.

Nos leemos,

PD. La imagen de arriba es de Martirena.

lunes, 2 de junio de 2008

Historietas cruzadas


Estaba revisando la "biblioteca" que tiene el señor Joan Navarro en su bitácora, Viñetas, cuando he encontrado esta historieta de la editorial Valenciana, "Historietas cruzadas", una verdadera maravilla de Edgar. Qué preciosidad de composición.

La historia española en viñetas


Ayer comentaba la posibilidad de enseñar historia a través del cómic o la validez de la historieta como texto en el que sustentar el estudio histórico. Y lo hacía con las reflexiones de un profesor norteamericano que intentó (al parecer con éxito) esta iniciativa con sus alumnos. Obviamente, la lista tentativa era bastante American oriented, cosa que no sorprende si el curso trata la historia americana principalmente. Es interesante cómo un país como Estados Unidos, ecléctico y estandarizado al mismo tiempo, está obsesionado con su propia historia y no tanto con la historia universal. Se dice que es por su relativa juventud (circa 230 años) y el deseo de formar una tradición, un pasado del que echar mano, una mitología al fin y al cabo. Desde Europa, donde muchas veces nuestros prejuicios son escandalasos cuando se trata de EE.UU., vemos con estupor el bajo nivel en cultura o historia general de sus habitantes. ¿Pero no hubiéramos hecho lo mismo en su lugar? Bueno éste sería tema para otra discusión.

El caso es que me preguntaba hoy qué cómics se podrían usar en un hipotético curso de Historia Española. ¿Cuáles serían los textos primarios de esa bibliografía y cuáles los secundarios? Y qué grado de relevancia o de objetividad podríamos conceder a textos como Paracuellos, de Carlos Giménez, que entraría dentro de la categoría de testimonio-ficción. Personalmente creo que las obras de Giménez, amén de excelentes artísticamente serían una buena fuente de información en ese hipotético curso. España, Una, Grande y Libre y la fabulosa Barrio serían un fijo en la lista. ¿Pero qué más? El Cid de Hernández Palacios, por ejemplo, sería otra lectura obligada en la lista. Pero del mismo modo, ¿podríamos incluir toda la historieta costumbrista de los 50 y 60? Sin duda que tebeos como Carpanta, Petra, criada para todo, Zipi y Zape, etc, junto con las "revistas para niñas" como Mariló, Can Can, Florita son una fuente valiosísima de información, tristemente ignorada muchas veces pero no por ello menos relevante. Lo que me pregunto es ¿cuáles serían esos textos que NO deberían faltar en la lista de tebeos para enseñar historia española?

PD. Por cierto, hablando de Can Can, échenle un ojo a esta entrada de Joan Navarro en Viñetas sobre los pin-ups de Bosch Penalva para la revista. Una preciosidad.

domingo, 1 de junio de 2008

Cómics para enseñar historia

Tengo especial interés en el enfoque didáctico de la historieta y en sus posibilidades como una herramienta más para el profesor en el aula. Hasta ahora he tratado de exponer mis ideas basándome en mi propia experiencia para sugerir aproximaciones a la historieta en las clases de español como lengua extranjera. Es una línea de trabajo en la que, obviamente hay muchas más personas inmersas y preveo que en un futuro cercano las aplicaciones con el tebeo van a estar a la orden del día.

Quiero hoy dedicar unas líneas a un artículo publicado en International Journal of Comic Art en 2006 titulado "The 'Good' Comics: Using Comic Books To Teach History". Su autor, Cord Scott, trabaja como instructor en Loyola University Chicago y está elaborando una tesis doctoral sobre los cómics en períodos de conflictos (en la misma línea, vale la pena leer el artículo de Maryanne Rhett, "The Graphic Novel and the World History Classroom").

En el artículo mencionado, el autor parte de una pregunta incial: ¿Se pueden verdaderamente usar los cómics como una forma de lectura histórica? Cord reflexiona sobre las motivaciones de los autores cómics al crear sus obras de carácter histórico. Se pregunta sobre el lector al que se destinan estas obras y la metodología usada para transmitir sus mensajes. La base de su argumentación se centra en las experiencias del propio Cord con sus alumnos, a través del módulo que creó el autor titulado "Comic Books in World Societies". Una de las tareas de los alumnos era leer novelas gráficas que tuvieran un enfoque histórico. Declara el autor que dichas novelas gráficas eran trabajadas en clase como material auxiliar y su revisión en clase fue muy positiva. Tras este punto de partida, Cord aporta una lista tentativa de cómics con enfoque histórico que paso a reproducir:

Historia Antigua:
300 (1999), Frank Miller.
Age of Bronze (2001) Eric Shanower

Periodo Decimonónico:
Jefferson's Lewis and Clark Expeditions: Heroes Unlimited (2004) Orville Evjen
La serie de novelas gráficas A Treasury of Victorian Murder, Rick Geary
From Hell (1991 a 1996) Alan Moore y Eddie Campbell
The Alamo (2004) Rod Espinosa

Principios del siglo XX:
Dictators of the Twentieth Century (2004) Ted Nomura
Pear Harbor Comic Book TPB (2001) también de Antarctic Press
Los "War Comics" de New England Comics.

El Holocausto:
Maus (1972, 1977...) Art Spiegelman
Auschwitz (2004) Pascal Croci

Segunda Guerra Mundial - Bomba Atómica:
Ore Wa Mita (1972) - trad. al ingés I Saw It! (1982) Keiji Nakazawa
Fallout (2001) Jim Ottaviani

La Política en los 60:
King (1993) Ho Che Anderson
My True Story (1994) Manuel "Spain" Rodriguez

La Política y la guerra de los 90:
Safe Area Gorazde (2000), Palestine (2001), The Fixer: A story from Sarajevo (2003), etc de Joe Sacco.
Echoes of the Lost Boys of Sudan (2004) James Disco ed.

Oriente Próximo:
Persepolis (2000 a 2003) Marjane Satrapi
Saddam Hussein (2004) Ted Nomura

11-S:
In the Shadow of No Towers (2004) Art Spiegelman
(Aquí se podría incluir también la reciente The 9/11 Report, 2006, de Sid Jacobson y Ernie Colon).