
"Fijate Boogie, has visto a 'Harry el sucio'", le preguntan en una de las historias, y responde: "Me aburren las películas de amor".
Boogie es un tipo duro, no se anda con remilgos. Por dinero puede matar a quien sea. Donde sea y cuando sea. Sus métodos son expeditivos...y eficaces. Más duro que cualquier matón a sueldo. A su lado, Harry el sucio es una nenita con trenzas. Harry tenía principios. Boogie no.
Creación del desaparecido Roberto Fontanarrosa. Hermano menor en fama y prestigio (que no en mujeres, dinero y alcohol) de "Inodoro Pereyra", la otra gran creación del Negro. Que yo sepa en España se editó un álbum en Ediciones la Torre, colección Papel Vivo n. 43, allá por el 93, con un buen puñado de sus historietas. No hace mucho me hice con este álbum, qué buena compra. Aquí podéis echarle un vistazo y ver cómo se las gasta Boggie.
Boogie nació en 1972 en las páginas de Hortensia editada en Córdoba, Argentina. Se trataba de una historieta de humor paródico levemente inspirada en Harry el Sucio pero su notable aceptación propició que el violento personaje se transformara en una larga serie recopilada en 12 libros, de los cuales tan solo el álbum que hoy nos ocupa ha recibido una edición española.
             Boggie es un              nombre que evoca con facilidad imágenes de cine negro y tipos duros,              pero al contrario de lo que muchos suponíamos, el nombre  de Boggie              no proviene  de Bogart sino del nombre de un popular coche playero              de los 70.El sobrenombre de “el aceitoso” es una referencia              humorística al personaje en el que más claramente se inspira la              parodia: Harry, “el sucio”. Estructurada en escenas cortas de una              página de duración en las que el gag final justifica toda la acción              previa, las aventuras de Boggie son lo que llamaríamos humor              hardboiled, un humor duro y sin concesiones en el que la falta              de escrúpulos del protagonista va acompañada de una saludable dosis              de estupidez, necesaria para interpretar su machismo, su racismo y              su violencia como una critica feroz a posturas moralmente similares               pero que a menudo consiguen pasar por casi respetables en nuestra              sociedad. (Koldo Azpitarte en Tebeosfera). Para seguir leyendo pulsa aquí. 
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