miércoles, 12 de diciembre de 2007

La cultura de masas...¡¡que se acaba el mundoooo!!

Ahora que estamos en una época en la que nos echamos las manos a la cabeza por los bajos resultados en educación, en la que cuestionamos lo que leemos por si es o no “cultura” o “literatura de verdad”, en la que reconocemos haber caído en la cultura de masas (¡oh, nooo, horror!) y no ser más que meros consumidores de lo que “alguien nos pone en las narices”, bien podríamos retroceder un poco en el tiempo (unos 50 años) para recordar que algo parecido estaba ocurriendo en el mundo.

En 1959 el crítico Kenneth E. Eble declaraba lo siguiente: “Los cómics no consiguen en absoluto ser arte a pesar de su pretendida seriedad –o tal vez debido a esto. Tienen la misma relación con el arte serio como pueda tener Pierce Pennilesse con Paradise Lost. En el peor de los casos, tienen tanto valor artístico como una etiqueta de la marca Campbell” (Esto lo escribió nuestro querido crítico en un capítulo del libro The Funnies. An American Idiom, 1959).

Para aclarar, Pierce Pennilesse. His Supplication to the Devil la escribió el autor inglés Thomas Nashe (1567-1601) en 1592 y era una aguda sátira de la sociedad contemporánea. Paradise Lost, obra de John Milton (1608-1674), es un poema épico publicado en 1667. Una de las obras más importantes de la literatura inglesa en la que la figura del diablo tiene un papel protagonista, contando su auge y caída en el reino celestial, entre otras cosas.

El señor Eble seguro que pensó muy poquito después de esta frasecita que había metido la pata hasta el fondo. No en vano pocos años después Warhol usaba esa misma lata de sopa Campbell para hacer sus famosas reproducciones artísticas de lo que se llamaría “Pop Art”. Lo mismo pasaba con los cómics. Su reproducción y distribución masiva a través de medios industriales parecía restarle cualquier validez artística. No eran originales que colgaban de museos, era reproducciones iguales, cientos, miles…¡y hacían las delicias del público lector!

Lawrence Alloway fue el primero en usar el término “Pop Art” (hacia 1954-5) como sinónimo de medios de masas (mass media) para confrontar la acusación de que los medios de masas se dirigían a un público incapaz de apreciar el valor artístico de la genuina cultura. Luego vendría todo el trabajo de artistas como Andy Warhol y Roy Lichtenstein. En este último, se aprecia de manera más evidente la influencia del cómic, que representa la cultura de masas.

Y ahora, 50 años después, estamos frente a clamorosos desastres educativos, preguntándonos qué puñetas leen los chavales adolescentes (si es que leen algo). Y si lo que leen es lo que “deberían leer”. Me parece que nos acercamos a la actitud del desafortunado Eble. Y sin embargo, desde el otro lado de la balanza, los más fervientes admiradores de la cultura de masas, en una búsqueda del placer (como buscamos todos los seres humanos), se arrogan la cualidad de prestigiar obras, que en muchas ocasiones son pura bazofia, bajo el escudo del entretenimiento.

Yo creo en la cultura de masas, como una especie de religión de nuestra época, porque me da el poder de elegir qué leer. A pesar de todas las manipulaciones de la industria y bla bla, pero quién tiene el dinero para comprar una cosa u otra soy yo. Sin embargo, algo se estará haciendo mal cuando los niveles educativos demuestran lagunas demasiado profundas y de una manera u otra, estamos perdiendo muchas veces la capacidad de discriminar una obra de otra. No es cuestión de hablar de “esto es cultura y aquello no lo es”. Pero tampoco es cosa de meterlo todo en el mismo saco. ¿O sí?

Fuentes: Reitberger, Reinhold y Fuchs, Wolfgang. Comics. Anatony Of a Mass Medium. Studio Vista: London, 1972.

13 comentarios:

Dr. Banting dijo...

Es un caso realmente paradigmático el que nos toca vivir en la actualidad.

Podemos afirmar rotundamente que nunca en ningun momento de la historia, la "masa" ha tenido un acceso tal a la cultura. Si lo pensamos bien y gracias en cierto modo al "Interné", podemos, de una manera gratuita o mas bien irrisoria (siempre y cuando el ADSL lo pague la empresa) "hincharnos" a cultura en todas sus vertientes. Si a ello sumamos el resto de ingredientes de la Zoociedad de la Informacion (libros, publicaciones, televisión, radio,etc.etc.) la conclusion aparente es que nuestra Zoociedad debería ser mucho mas culta que sus predecesoras...

Pero mira tu por donde, nuestros institutos estan plagados de Maskachapas y Papichulos que lo unico que leen es el MARCA siempre que tenga dibujitos...

¿Se acaba el mundo? Puede. El cambio climático y mas concretamente el fin del petroleo barato sumirá a las economías mundiales en un cataclismo dificilmente superable. Pero de ahí a que el final del mundo se deba a la cultura...nadie muere por pensar!!!!

Jorge dijo...

Sí, sí, el título era catastrofista a propósito ;) Posiblemente ni siquiera el petróleo o el cambio climático van a suponer un cambio tan grande en el mundo. Ahora que lo vamos a ver con estos ojos, eso seguro.

Pero el tema de la cultura, bueno, nos toca de cerca, porque involucra actividades que nos proporcionan un placer en esta vida. Y que una gran parte de la chavalería le dé la espalda a ese placer, es una pena. Sin embargo, mirando hacia atrás, los debates entre alta cultura y cultura de masas, vienen de lejos. La diferencia es que hoy má que en cualquier momento en la historia (de acuerdo contigo, claro) tenemos acceso a cuanta información queremos, cuanta cultura queramos adquirir...el problema entonces pasa de la posibilidad de adquisición a la elección.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

¿Dónde está el problema de que los chavales no lean? En la educación, claro.
Si los hijos no ven a sus padres hacer lo propio, difícilmente lo harán ellos. Si en la escuela le dedican al repaso de interminables reglas gramaticales (que por supuesto también deben ser aprendidas) diez veces más tiempo del que le dedican a la lectura, pues mal vamos. Y si cuando los niños están en casa con la tele puesta, además de que sus padres no les acompañen, en lugar de emitir programas de corte educativo lo que dan son realities y otras mierdas que enseñan que para ser alguien en esta vida tienes que perseguir la fama, o que el que grita más fuerte y no le cede la palabra a los demás es el que tiene la razón...

Es que me pongo enfermo. :(

Jorge dijo...

Pues sí Halagan, ése es el panorama. Pero hay un acto de rebeldía que todos tenemos a nuestro alcance: ELEGIR. Lo que ocurre es que la oferta no es que sea muy variada que digamos, pero siempre tenemos la posibilidad de escoger lo que queremos ver, leer, escuchar...

En el caso de los chavales, de los niños, no ha desarrollado todavía su capacidad de discernimiento cuando son sumergidos en miles de estímulos hacia una cultura del pelotazo, del "triunfito" y el "granhermano". No se valora la literatura, como tampoco el tebeo y eso está creando generaciones de analfabetos funcionales. Triste, muy triste.

Anónimo dijo...

A lo mejor lo que ocurre es que la escuela funciona muy bien... A lo mejor lo que ocurre es que la finalidad de la escuela es otra distinta de la que publicitan las estadísticas europeas. Y de ser así quizás esas mismas estadísticas no sean más que un valor en tendencia del alto grado de eficacia alcanzado por la escuela, junto con otras estructuras de puesta en forma del individuo, en el control de la imaginación.
"¡Señores la unión entre las empresas y las universidades debe ser mucho más estrecha! Así lograremos que los cerebros imaginativos sean supeditados al reino de la técnica, en cualquier campo. A la vez que aplastamos los intentos de fuga de esos cerebros originales. ¡No necesitamos Bertrand Russelsssh sino genuinos, geniales y robóticos creadores de bombas atómicas! Castas técnicas disciplinadas y multicolores, esta es la felicidad."

Padre, Madre... si de verdad amais a vuestro hijo enseñadle a DESOBEDECER. Mostradle la diferencia entre necesidad y aspiración.

Emilio Aurelio dijo...

Creo que asistimos a uno de esos momentos de la Historia en los que los cambios en nuestro entorno se producen a una velocidad tal que superan nuestra capacidad para asimilarlos.

El ordenador y el móvil han producido cambios brutales en nuestro entorno laboral, el acceso de la mujer al trabajo ha alterado profundamente el entorno familiar, el video-juego ha hecho desaparecer de la faz del mapa juegos ancestrales ... No podemos pretender que nuestros hijos sean como nosotros, puede que ni tan siquiera podamos pretender entenderlos.

Ya no es cierto que si un hijo ve leer a su padre o madre lea él también. En cualquier caso, si leen no van a leer lo que leímos, y que a su vez fue mas o menos lo que leyeron nuestros padres. Julio Verne, Emilio Salgari, Karl May, Enid Blyton y tantos otros ya no son leidos. Mortadelo y Asterix lo compramos los de siempre, con la vana esperanza de que lo lean los de ahora. Sólo Tolkien es respetado entre algunos mangas y muchos video-juegos.

En fin, en ésta época de cambios el que antes se adapte llegará mas lejos. Lo difícil es saber ver de la multitud de cambios cuales van a ser los que terminen imponiéndose. Por eso es tan complejo educar hoy, no hay certezas, solo intuiciones, hay que educar para no para saber, sino para saber elegir entre alternativas parecidas.

Un saludo.

Jorge dijo...

anónimo,

desde esa perspectiva...tiene usted razón, no hay duda. La educación en general y los que nos dedicamos a ella debemos enfatizar la rebelión, la desobediencia, el cuestionamiento de lo que se tiene por cierto y absoluto. Eso provoca mentes despiertas, seres humanos con criterio y no meras personas aborregadas. El papel del profesor hace mucho tiempo que evolucionó del "poseedor de la verdad y transmisor de ella" a una especie de "asesor en el proceso de aprendizaje". Cada vez me doy más cuenta de que en la escuela y esto es mucho más acentuado en niveles superiores de educación, lo que se estudia en el aula es una ínfima parte de lo que puede aprender cuando a uno le pica la curiosidad. El profesor, entonces, debería incitar esa curiosidad, buscar la motivación de cada persona y servir de asesor ante los problemas que se le presenten al alumno. Aunque claro, esto es muy bonito y hasta cierto punto aplicable en niveles universitarios, donde la motivación la presuponemos. Para niveles de secundaria, es otra batalla, y lo que he comentado puede que sea solo una utopía. Hay problemas más reales como la misma violencia en el aula y el comportamiento. Estos problemas en la Universidad no ocurren y por eso los profesores tanto de secundaria como de primaria merecerían un mayor respeto por parte de todos. Su labor es encomiable.

Jorge dijo...

anguloagudus,

es un placer verle por el blog. Todos parece que estamos de acuerdo en que están sucediendo cambios tan dramáticos que la capacidad de adaptación determinará el éxito de unos pocos. Sin embargo, ¿no sufrimos de un cierto "ombliguismo"? Es decir, ha habido numerosos momentos en la historia de España (y no digamos en la universal)verdaderamente críticos, que han supuesto cambios radicales para el devenir de la sociedad. En España, tenemos la Transición, hace 30 años. La Guerra Civil, hace 70 años. La proclamación de la Segunda República en el 31. La Primera y la Segunda Guerra Mundial que nos afectaron que no nos afectaron de igual forma que a otros países. ¡El desastre de 1898! Todos esos momentos de la historia española fueron verdaderos periodos críticos.

Lo que estamos viviendo ahora, ya tendremos tiempo de analizar sus consecuencias dentro de 20 años. Y veremos si fue para tanto.

Y por otro lado, todos tenemos una acusada tendencia a dulcificar nuestro pasado, nuestra niñez. Miramos atrás y generalmente lo vemos con un halo de nostalgia que nos hace perder un tanto la perspectiva. Y por eso, no podemos pretender, como dice usted, que nuestros hijos lean lo mismo que leíamos nosotros, ni que hagan las mismas cosas. Podemos guiarles, sugerirles, motivarles pero no condicionarlos para que se conviertan en un doble de nosotros cuando éramos niños,

¡Saludos!

Emilio Aurelio dijo...

Puede que tengas razón, jorge, y los cambios no sean tan drásticos, o quizás puede que aunque lo sean nos adaptemos con facilidad, seguramente porque no nos quede otra opción.

Sin embargo, si nos paramos un instante y miramos atrás, ya se han producido cambios que ni en la película de CI-FI mas avanzada se hubieran imaginado.

Un ejemplo. Hoy día el uso del móvil está tan extendido que afecta a todas las edades y a todas las capas sociales. Desde la propia administración se está usando mensajería por móvil para notificaciones a los inquilinos de viviendas sociales (habría que redefinir el concepto de pobreza). Esto, mas que anecdótico, es indicativo de los cambios que vienen y de una buena adaptación a los mismos. Sin embargo, estos mismos inquilinos que hacen un masivo uso del móvil, no utilizan internet, con lo que acentúan su situación de marginalidad.

Jorge dijo...

"habría que redefinir el concepto de pobreza"

Tiene usted toda la razón. Existe una gran masa social con "bienes modelo", de cara al público: cierto tipo de coche, cierto tipo de marca para la ropa y complementos varios (que diría la voz de El Corte Inglés...) pero eso es un intento de salir de una clase social para aspirar a otra. La "apariencia" es algo congénito en España, lo llevamos en la sangre y en la historia. Si no, pensemos en la picaresca, la grandísima aportación española (junto con la figura y el mito del Don Juan) a la literatura universal. La picaresca no es más que aparentar lo que no eres, buscar la forma de vivir sin trabajar y aparentando un prestigio social. En eso, hemos cambiado poco. Pero esconde niveles acusados de pobreza...y va en aumento.

Emilio Aurelio dijo...

He llegado a presenciar reparto de comida en determinadas barriadas en las que se han cargado alimentos básicos en coches deportivos, o la demolición de una vivienda en ruina que carecían de baño de la que se salieron sus ocupantes y dos televisores de plasma.

¿Qué educación pueden tener los hijos? Semejantes contradicciones pueden desequilibrar a cualquiera, cuanto mas a alguien con la mente en desarrollo.

¿Qué se les puede argumentar a estas personas? Aparentemente no hay salida de éste circuito vital. Educación y cultura, acceso a la información... ¿para qué?.

Jorge dijo...

Eso es triste hasta decir basta.

¿Pero cómo demonios habremos llegado a cambiar las prioridades esenciales en la vida hasta llegar a este punto?
Somos lo que vemos en la tele...de plasma. Y por supuesto, la cultura y la educación están en el vagón de cola. ¿Para qué sirve la cultura cuando puedo vestirme con ropa de marca (que encuentro en tiendas clandestinas, tiendas de imitación, vamos, porque no puedo pagar el precio en la propia tienda), tener un deportivo que pago con la mitad del sueldo (que no me puedo permitir pero así puedo ser "alguien") y sentirme más hombre que nadie con algunos gramos de cocaína los sábados noche (con lo que dilapido mi sueldo a mitad de mes). El rey por una noche. Pero miserable todos los días del año.