domingo, 5 de octubre de 2008

Humoristas gráficos en el exilio

Militarismo por Alfonso Castelao.

En el boletín de noticias nº 149 de Fandecomix viene un valioso artículo firmado por J. M. Varona (Ché) titulado “Humoristas gráficos y exilio” en el que resume los puntos más relevantes de la conferencia ofrecida por el también humorista gráfico Lamberto Ortiz “Lamber” el 15 de septiembre de 2008 en el Salón de Actos del Centro Cívico de Sagunto. El exilio de gran parte de nuestros humoristas gráficos al término de la Guerra Civil Española es un tema oscuro y poco estudiado. Ha recibido escasa atención, hecho que contrasta con la enorme importancia que el humor gráfico tuvo durante los 3 largos años de contienda y que sí ha recibido un mejor y más extenso tratamiento. Varona menciona el exilio a Francia y el maltrato en los campos de concentración hasta que los más afortunados (ya fuera por su economía, sus amistades o su relevancia política o cultural) lograban embarcar en alguno de los cargueros que con rumbo a América cortaba los lazos de una comunidad de españoles que salvo algunas excepciones no volvería a pisar su tierra. El exilio (cuando es forzado) es un horror y ahora a muchos nos ha entrado una inquietante amnesia ante la inmigración que recibimos en España. Afortunadamente la historia nos pone en el lugar que nos corresponde.

Clericalismo


En el caso del exilio de muchos de nuestros humoristas gráficos republicanos de los años 30, la historia se tiñe de nombres míticos como Alfonso Castelao, una personalidad inabarcable, padre del nacionalismo gallego, intelectual, escritor, político, pintor y, por supuesto, uno de los humoristas gráficos de mayor prestigio de la época. Solamente Luis Bagaría, ese eterno bon vivant que despilfarraba el dinero en los cafés de la Plaza de Santa Ana, se erige como la gran figura del humor gráfico de los años 20 y 30. Con una perenne sonrisa en el rostro que se tornó amargura al tener que emigrar a Francia, con la noticia de la muerte de uno de sus hijos en el frente, Bagaría quedó destrozado por la guerra y el exilio. Embarcó rumbo a Cuba, país en el que residió durante 9 meses, de 1908 a 1909, en una etapa feliz para el artista que con 26 años ejercía de director artístico de la compañía de teatro del catalán Enrique Borrás (ver, el magnífico artículo del investigador cubano Jorge Domingo Cuadriello, “Los días cubanos de Luis Bagaría”). Su última estancia en Cuba fue mucho más corta, apenas 3 semanas, muriendo el 26 de junio de 1940. Bagaría era un cuerpo destrozado buscando sepultura.

Capitalismo


“Lamber” recuerda otros insignes nombres como Joseph Bartolí, Celedonio Melitón Otaño, Eduardo Robles Piquer “Ras”, Gregorio Muñoz “Gori” o Ernesto García Guasp. También hay espacio para recordar al malogrado Carlos Gómez Carreras “Bluff” (colaborador de la célebre revista satírica valenciana La Traca que anteriormente había sido editada como La Sombra o La Chala) que no sufrió exilio sino cárcel, pena de muerte, conmutación de pena y posteriormente fue fusilado, al parecer por dibujar un cielo de estrellas de cinco puntas (un cielo comunista pensaron los verdugos) en el periódico “Redención” que editaba la Dirección General de Prisiones.

Luis Conde, principalmente, se ha encargado de estudiar el humor gráfico español en dos obras fundamentales: Historia del humor gráfico en España (2002) y El humor gráfico en España. La distorsión intencional (2005). Otras obras valiosas como La caricatura valenciana en la II República (1931-1939) de María de los Ángeles Valls publicada en 1999 o la reciente Luis Bagaría entre el arte y la política (2008) de Emilio Marcos Villalón vienen a llenar ese vacío de nuestra historia del humor gráfico español. Sin embargo, poco se ha avanzado en el estudio y la recuperación de la obra gráfica de nuestros exiliados. El mejor trabajo hasta la fecha es el realizado por la revista Quevedos de la Fundación General de la Universidad de Alcalá, que en su número 34 (2007) tiene un especial de 36 páginas dedicado al tema titulado “Humoristas gráficos en el exilio americano”. Este número que documenta la trayectoria posterior de nuestros humoristas en suelo americano, se complementa con un número anterior dedicado en exclusiva al exilio en México. Los dos trabajos dieron lugar a una exposición celebrada a finales de 2007 y principios de 2008 en la Fábrica del Humor de la citada Fundación de Alcalá.

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