
Una vuelta de rosca a la realidad de un espacio tan común como el baño público.Un espacio heterotópico, como postulara Foucault, para lugares tan sugerentes como los cementerios o los trenes. Espacios que en sí mismos contienen otros espacios, otros discursos que se abren al espectador/lector. Algo evidente para cualquier persona que visita un baño público, verdadero palimpsesto discursivo. Lajarín toma una de esas frases tópicas que inundan los baños para invertirla escatológicamente. La historieta aparecerá próximamente en el ezine La Palanca de cambio.
(Visto en Hecho Yesca)
2 comentarios:
se agradece la divulgación Jorge
Ya te pago la cena esa convenida cuando me digas ;)
Eso, eso, que no se le olvide la cena Lajarín... ;) Yo pongo el vino.
Publicar un comentario