Su primer número llegará en 2010 y y viene avalada por nombres de la valía de Thomas Inge, Chris Murray, Roger Sabin o Mel Gibson. Algo se mueve en el Reino Unido. Según varios profesores universitarios, generalmente dentro de departamentos de Teoría Cultural y Estudios Culurales, el estudio académico de la historieta y su aporte a los debates sobre cultura y sociedad es más que una moda pasajera (sí, señor Molina Foix, parece que se quedan por una buena temporada) aunque como es lógico haya quien se resista a ello. El señor Molina Foix, uno de tantos.
Dos reflexiones.
1) Los departamentos universitarios de humanidades tal y como los hemos conocido están al borde del colapso. La -obligada- mayor implicación Universidad-Empresa no tiene por qué traer funestas consecuencias. Claro que cambiará "la cara" de la Universidad de manera sustancial. Cuando llegué a EE.UU. me sorprendió que el edificio de Ingeniería de la Universidad de Georgia se llamara Coca-Cola Engineering Building. Me llamó también la atención que hubiera máquinas expendedoras de purified water, "agua tratada" (ojo, no mineral, "tratada", esto es, agua del grifo embotellada con una etiqueta con montañas y ríos límpidos) de la marca Dasani, que pertenece a Coca-Cola. Pero al mismo tiempo, la excelencia tecnológica de la Universidad, las instalaciones, las líneas de investigación, las becas (sí, una gran mayoría eran estudiantes becados del estado), también fueron aspectos que me hicieron replantearme mis ideas apriorísticas. ¿Podrá servir entonces esta mayor relación Universidad-Empresa para que la industria del tebeo invierta en profesionales de la edición gráfica, dibujantes, etc...y de rebote beneficiar a los departamenos de Estudios Culturales. A mayor presencia del medio en la sociedad, mayor ventas, sí, pero al mismo tiempo quizá saque de la ruina algunos departamentos oxidados.
2) ¿Hasta cuándo la eterna legitimación del medio? Con revistas de la calidad de Journal of Popular Culture que vienen publicando artículos sobre la historieta desde hace 40 años, ¿tan poco hemos avanzado? Acaso será lo que todos nos tememos y es que las revistas académicas, los journals no tienen impacto más allá de un reducidísimo número de lectores que lee, escribe y publica en esos mismos journals. ¿Qué función desempeña entonces si no llega a la sociedad, si nadie lee lo que se publica en estas revistas? Aunque sólo fuera por el valor de la investigación y el mantenimiento de la Universidad como centro de saber, por sí solas valdrían la pena. Sin embargo, si se pretende una mayor involucración con la sociedad y que las universidades no continúen siendo lo que muchas veces son, microcosmos seguros para académicos que desconocen la realidad del día a día, cambios radicales tendrán que llegar más temprano que tarde.