Me levanto. Hago mis pertinentes abluciones y desayuno. Con el café enciendo la computadora y voy a parar a
decómics, que me lleva a una entrada de
Entrecomics con un artículo del carcelero en
El País. Cosas del mundo virtual. Estamos todos conectados de una u otra manera y el acceso a la información es simplemente, brutal. Por cierto, señor Pons, que ya aparece con foto y todo la web de
El País. Esto marcha ;)
Leída la columna me queda un buen sabor de boca. Primero, por aquello de tener artículos sobre tebeos con cierta regularidad en la prensa. Segundo, porque el artículo, que podría hablar de numerosas (y muy buenas) obras foráneas, se centra en los tebeos españoles del 2007. Y me gusta eso. Los españoles tenemos la insana costumbre de despreciar lo propio, de subestimar nuestra capacidad y ver las maravillas de lo extranjero, lo extraño, imagino que lo "exótico". Pero si lo pensamos un poco, ¿hay algo más exótico que las historias de Carlos Vermut? Con ese misterio fundido con influencias del manga y la cultura más popular española. Las historietas de "Doble Sesión" recogidas en
Psicosoda son buena prueba de ello.
Y no es que uno demonice lo americano, lo francés, lo belga o italiano ni por supuesto las fantásticas obras que se producen en países con nuestra propia lengua (Argentina, México, Cuba...), pero es que tal vez no nos damos cuenta de la fuerza que tiene nuestro idioma. Cuando empecé esta bitácora me propuse hablar únicamente de obras escritas en español. Quería centrarme en la historieta latinoamericana y el tebeo español. No lo he seguido al pie de la letra pero lo intento. El otro día, leyendo la revista
MEG n.267 (que traía en sus páginas un episodio de Judge Dredd y otra historia futurista, las dos de Carlos Ezquerra), leí una entrevista a Alan Grant, que con una carrera de 40 años a sus espaldas, comentaba sus impresiones sobre la serie
Lobo: "Para mí Lobo es el personaje perfecto de cómics. Estaría encantado de escribir Lobo por siempre. He viajado por países de habla española donde Lobo es un éxito total".
Al parecer, Alan Grant tuvo problemas con la editorial americana que le sugirió que hiciera otra cosa porque
Lobo ya no tenía salida en el mercado. La respuesta de Grant fue que harían mejor en contratar traductores para distribuir las obras en el mercado español porque con millones y millones de lectores, el negocio está asegurado. Así que si no les interesaba, se lo propondría a otra casa editorial que supiera ver por dónde van los negocios en la actualidad.
Los negocios, señores, pasan por el español, por nuestra lengua. Y los tebeos no son una excepción. Así de claro. Y las editoriales españolas, podrían también explorar el mercado latinoamericano, porque bastantes decenas de millones de potenciales lectores, bien valdría la pena. Sin contar con los 50 millones de nativohablantes del español en USA (y creciendo).