jueves, 8 de mayo de 2008

Perramus (Primera Parte) Alberto Breccia y Juan Sasturain

Hace 1 semana compré, en la versión británica de ebay, la primera parte de Perramus, obra de Alberto Breccia y Juan Sasturain. Edición inglesa que me veo obligado a leer a falta de un original en castellano. Es difícil encontrar esta obra, más si cabe por el empeño de las editoriales en no reeditarla. Vaya usted a saber por qué. El caso es que Perramus desconcierta desde el primer momento en que uno ve la portada de la historieta. Desasosiego, miedo, incomodidad, inquietud, curiosidad, admiración…son algunas sensaciones que me vienen a la mente al observar la portada de esta magnífica obra. Y uno recuerda todo lo que se ha dicho y escrito sobre la mítica Perramus. La obra se empezó a gestar en 1983, en los estertores de la Junta Militar Argentina que sumió a la Argentina en 7 años de desapariciones, torturas, censura y horror. Perramus, creada con las tripas en la mesa, como dijera el viejo Breccia, es un exorcismo de rabia y angustia, pero sin caer en la diatriba fácil o vulgar. Sasturain al guión y Breccia con los pinceles, todo menos vulgar. De hecho el viejo está espléndido en esta primera parte. Expresionismo perturbador, sombra tras sombra, espectro tras espectro y un hombre, que busca olvidar como única cura a su dolor. Y una búsqueda, la de la propia identidad, es la que emprenderá este Perramus, que lleva nombre de gabán, un nombre cualquiera, un cualquiera que refleja a muchas personas con nombre y apellido y que, sin embargo, están todavía desaparecidas. Un homenaje a Oesterheld dijeron los autores. Un rendir cuentas con lo mejor (y lo único) que podían hacerlo Sasturain y Breccia: su arte.

El Breccia de Perramus, de esta primera parte, recuerda a la oscuridad de Los mitos de Cthulhu, a la desazón de “Ojos de plomo” en Mort Cinder. Es ésta una lectura que requiere segundas, terceras y sucesivas visitas. Uno tiene la sensación (lo siente y con eso basta) de que en sus manos hay un pedazo de la historieta universal, un trozo de historia, que por algún azar y la ridícula cifra de 3 libras, le ha tocado en suerte degustar. Y acto seguido, el desánimo invade a este lector, ante la certeza de que lo que ha leído es sólo el primer acto. La historia sigue, la experiencia estética, dramática, no se acaba en la primera parte. Aunque para este lector así sea... por ahora. Un nuevo golpe de fortuna (¿pronto? ¿tarde?) me permitirá retomar esta historia que desde hace siglos, me parece, llevaba machacando mi cabeza. Perramus, esa primera parte, inconclusa, latente, y sin embargo (in)completa me recordará que hay muchas lecturas en esa infinita biblioteca que imaginara un ciego de extraña visión panóptica.

6 comentarios:

Lajarín dijo...

De Perramus tengo yo la edición esa de Doeditores

Y otra en francés

jejejeje

Jorge dijo...

Te odio lajarín...

Lajarín dijo...

hahahahahahaha HAAA HAAAAAAIAAA

(imagíname con una luz desde abajo en plan actoc secundario Bob)

Rotebor dijo...

Hola, Jorge.
Afortunada casualidad: hace unos dìas conseguì el cuarto tomo de "Perramus" en una magnìfica ediciòn que no termino de creer.
Si te interesan màs detalles èchale una ojeada a la notita de mi blog.

Un saludo ultraoceànico. Rotebor.

Jorge dijo...

Hola Rotebor,

Ya leí en su blog la entrada sobre el tomo n.4 de Perramus. La leí con gusto...y con disgusto porque todavía no ha caído en mis manos ;)

Un saludo desde el bosque de Sherwood.

Anónimo dijo...

Lajarín, estoy buscando en primer tomo de perramus como muchos otros. Decís que tenés uno de doeditores, ¿de qué año es esa edición? ¿es del primer tomo?