lunes, 14 de abril de 2008

La historieta se pone seria


Artículos como el de Álvaro Pons hoy en El País "La historieta se pone seria" son de los que abren los ojos a muchos sobre lo que es la historieta y derrumba mitos que deberían haber caído hace ya bastante tiempo. ¿Puede el cómic contar historias serias? La mera pregunta es ya un indicio de recelo y un mucho de ignorancia. El cómic puede contar lo que sea y, algunas veces, gracias a las características propias del medio, lo puede hacer de una manera más directa, más cercana, que otras artes. Amor, Alzhéimer y VIH son algunos de los temas de cómics como Arrugas de Paco Roca, Píldoras azules de Frederick Peeters, María y yo de Miguel Gallardo o Historias del olvido. Échenle un ojo al artículo del carcelero y, si todavía hay alguien con algún prejuicio contra el medio, dejen que se caiga...por su propio peso.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me parece que si alguien todavía duda es por ignorancia del medio porque aparte de las obras que mencionas podrían citarse unas cuantas más.


Impacientes Saludos.

Jorge dijo...

No cabe otra explicación que esa misma, ignorancia hacia la historieta. Por eso me parece importantísimo que haya artículos como éste de Álvaro, porque pueden atraer lectores todavía recelosos de encontrar únicamente supehéroes en los cómics. Vamos a ver...

Saludos!

Nash dijo...

Claro que puede contar historias serias, yo he leido comics "realista" sobre la guerra civil española donde el autor se toma muy en serio el mensaje que quiere transmitir...eso y ciertas ideas póliticas. Lo bueno de los comics es que se puede tratar cualquier tema y desde cualquier punto de vista.
La gente es ignorante por naturaleza y lo peor es que le encanta demostrarlo haciendo comentarios como ese.

Lajarín dijo...

Si es que este es un tema muy trillado entre nosotros, los aficionados al medio. Como debate para los profanos o recién llegados está muy bien, pero pa los que somos de la casa es un tema ya cansino...

Jorge dijo...

Creo que tienes razón lajarín. Y tú también Nash. Pero no puedo evitar volver a sacarlo cuando leo algo por ahí, a ver si algún oído más se destapa y se hace un favor a sí mismo...