No tenemos ningún elixir mágico para hacer desaparecer la crisis de un plumazo. No hay arcanas recetas por estos lares. Ni tan siquiera podemos ofrecer novedosas propuestas para sobrellevar las estrecheces económicas que nos asolan estos días. ¿Qué puede hacer un compulsivo comprador (de cómics) para satisfacer esa perversa necesidad de llevarse algo a los ojos...y después devorarlo? Difícil está la cosa, que diría mi abuela. Pero no desfallezcamos, quien más quien menos se ha vestido en similar atuendo en algún momento de su vida. No es necesario tener canas en la barba (el otro día las descubrí y me puse a temblar) para recordar momentos de imperiosa necesidad, en los que el dinero extra, ése que se emplea en el entretenimiento (que además forma, enriquece y da esplendor) escasea más que el pescado en tierras británicas. Y digo yo, ¿por qué a esta gente no le gustan los boquerones o las sardinas? Pero bueno, ése es otro tema (de suma importancia, no se crean) que no voy a tratar aquí.
Uno siempre ha sido aficionado a las librerías de viejo, de lance, a los rastros de domingo, a pleno sol, al griterío e intercambio de tebeos, a la deliciosa experiencia de la búsqueda de incunables entre toneladas de papel. Y aquí, a miles de kilómetros de esos rastros, de ese griterío y de ese sol, uno muchas veces se encuentra desubicado porque no puede retomar esas viejas costumbres. Pero la clave está en no desfallecer. Por eso, aunque el refrán diga que Dios aprieta pero no ahoga, más propio de estos tiempos sería la versión que refería Miguel Mihura, que le oyó a un vagabundo por las calles de Madrid: "Dios ahoga, pero no aprieta". Eppure, si muove que diría el hereje.
En unos lustros recordaremos esta época de crisis, de tremendismo, con un halo de melancolía (por los años cargados en el camino) que nos hará querer volver a revivir esos tiempos, porque en el fondo, no fueron tan difíciles como ahora nos parecen.
Señores, ¡volvamos al rastro! Vuelvan los que lo dejaron por los cantos de sirena del libro/cómic nuevo. Vuelvan los que nunca fueron ni estuvieron. Vuelvan y disfruten del griterío y de las joyas olvidadas a precios de saldo. Vuelvan, en definitiva, porque siempre se volverán a casa con una lectura o dos, o catorce para disfrutar en casa. Sin ir más lejos, mi señora y yo fuimos el sábado pasado a un rastrillo que organizaba la nunca suficientemente bien valorada biblioteca de la ciudad de Nottingham. Ni qué decir tiene que encontramos de todo, libros para chiquillos, obras sobre arquitectura, historia, de viajes, manuales de inglés, cursos de idiomas con sus cds, alguna cosilla de Gaiman (Coraline), etc, etc. Tuvimos que pedir amablemente que nos cedieran alguna de las cajas de cartón para poder cargar los tesoros. Y entre todo aquel desbarajuste de libros, encontré estas cuatro joyitas (bueno, está bien, 2 joyas y dos que no lo son tanto) al indigno precio de 10 peniques cada uno. Sí, han oído bien, los cuatro cómics en edición cartoné, en perfecto estado, me costaron la friolera de 40 peniques, que al cambio resultan unos 50 céntimos de euro. La sola lectura del sexto volumen de la serie Thorgal, La Chute de Brek Zarith, de Van Hamme y Rosinsky ya mereció el considerable desembolso. Y además he constatado de nuevo la idoneidad del lenguaje de la historieta para iniciarse en idiomas extranjeros. Algo que por aquí le damos mucha importancia.
5 comentarios:
Pues un choyo es lo que has encontrado por aquellas tierras.
Por cierto, interesante el archivo enlazado. En el punto siete "dar un palo" podría ser también robar y "estar como un toro" gozar de buena salud".
Un saludo.
Gracias por el apunte angux. Anotado queda.
Sí, una verdadera ganga. Uno no tiene siempre tanta suerte, pero el que busca, halla, no?
Precisamente hoy, en Murcia, he pasado por la librería Nostromo (de reciente apertura) y tenían lo nuevo de Tomine a 19€azos, demasiado para ser a una aola tinta. Luego he pasado por una feria del libro que ponen por estas fechas ¡¡¡y estaba a 7€!!! Y nuevo...
Error de librero, orgasmo de comiquero, jejejeje
Supongo que lo vería por ahí y ni sabía que es novedad ni na y así lo ha puesto, entre muchos otros no tan novedosos
que gustazo da madre mía
jejeje
saludos y abrazos don Jorge
Te refieres a Shortcomings no, Lajarín? 19 euros es una barbaridad, 7, aceptable. Me gustó la obra, a ver qué te parece. Espero tu opinión en Hecho Yesca.
Has tenido suerte porque con una novedad así...no es lo habitual. Economía de crisis la que tenemos.
Un abrazo don José Mª.
thorgal supero crisis peores.
las valquirias se devaluaban tambien.
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