El libro de Scot McCloud Understanding Comics. The Invisible Art (1994) se ha convertido con el paso de los años en un texto de referencia, tan citado y comentado a nivel internacional como la afamada obra de Will Eisner Comics ans Sequential Art (1985). Si uno lee ambos libros se dará cuenta de que el texto de McCloud tiene la voluntad de abarcar la totalidad de aspectos que integra el arte secuencial. Se adentra en cuestiones que afectan a la forma que tenemos de ver y entender los cómics, como la iconicidad, el concepto de “closure”, el tiempo y el espacio, la organización del material en viñetas y la recepción por parte del lector. Desde la mera definición de lo que son los cómics (partiendo de la sugerida por Eisner: sequential art) a la diferencia de estilos y escuelas (americana, europea y asiática…África y Oceanía quedan olvidadas) McCloud nos entretiene a la vez que nos enseña sobre el mundo de la historieta. Tal vez destacaría ese valor didáctico que tiene el libro como un rasgo principal y diferenciador. Se suele decir que el libro de Eisner es para aquellos que deseen hacer cómics, mientras que el de McCloud es para los que quieran entender qué son los cómics. Personalmente, ambas obras tienen una calidad admirable. Si bien el libro de Eisner se basa (como es normal por otro lado) en sus dibujos y en ejemplos propios del autor para explicar los conceptos, Understanding Comics tiene más variedad de autores y prima la comparación entre ellos para extraer las conclusiones. Diríamos pues que Comics and Sequential Art es un libro de enfoque sintético, mientras que en Understanding Comics prima el método analítico.
Un aspecto que sobresale del libro de McCloud es precisamente, esa comparación de autores y obras que ayuda a entender la diversidad existente en los cómics. Es uno de los aspectos que más interés tiene el autor en recalcar: la total libertad y variedad de la que goza el medio para expresar una idea, una historia. Una combinación de pintura y literatura que tiene su propia independencia y estatus en el arte llamado “la historieta” (o cómics, tebeos, muñequitos, quadrinhos, bande dessinée, fumetti, manga, etc). Sin embargo McCloud no incluye en la definición ni en las características de los cómics que estos son, primordialmente, un medio de comunicación. A este respecto y desde España, los críticos Antonio Martín, Luis Gasca y Román Gubern se han encargado de repetirlo por activa y por pasiva. Y yo estoy de acuerdo con ellos porque los cómics nacen como producto cultural de la mano de los medios de comunicación y entran en relación con el lector de forma masiva, a través de esos mismos medios de comunicación. Los cómics pertenecen al periodo de la modernidad estrictu sensu y desarrollan su labor comunicativa de forma masiva entrado el siglo XX hasta la actualidad. Pero volvamos a lo que comentaba más arriba, la variedad de autores en la obra de McCloud.
Si atendemos a los representantes en lengua española de toda esa plétora de autores nombrados (más de 115 referencias a historietistas), tenemos la siguiente lista:
- Mariscal: que aparece calificado como un autor vanguardista por su estilo, más cercano al plano experimental y conceptual que al plano realista.
- Sergio Aragonés: el español nacionalizado mexicano recibe el siguiente comentario de McCloud: “Simple, straightforward, but with a strong gestural quality that always reminds us of the hand that holds the pen” (pág. 52).
- José Muñoz y Carlos Sampayo: los argentinos creadores de la serie Alack Sinner son también referenciados y el autor destaca su estilo de trazo duro, los claroscuros, que evocan “a world of depravity and morbid decay” (pág. 126).
- Daniel Torres: que lo sitúa dentro de la pirámide de autores a medio camino entre el estilo realista y el conceptual.
Si bien es cierto que McCloud se escuda diciendo que en su lista de autores hay sonadas ausencias y no tiene un carácter globalizante (imposible, por otro lado), llama la atención que de los 115 autores solamente haya solo 4 representantes en lengua española. Bueno, que han sido traducidos al inglés y han tenido una repercusión importante en el mercado estadounidense. Y no es baladí la cosa porque sin traducciones no hay mercado internacional. Y sin mercado internacional (y nacional, claro) muchas veces no hay industria. Y sin eso, adiós a los cómics. En español, en este caso.
En resumidas cuentas, Understanding Comics es un libro (¿novela gráfica?) que entretiene a rabiar y ayuda a entender cómo se crean y se reciben los cómics. Si lo comparo con el libro de Eisner diría que disfruté más el de McCloud aunque el de Eisner es una obra de arte en sí mismo, tal vez para un círculo lector más reducido.
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