
Preludes and Nocturnes me pareció un cómic soberbio. Realmente quedé impresionado por el buen hacer de Neil Gaiman, no tanto por la parte gráfica. Fascinante cómo organiza la historia el señor Gaiman, su originalidad al tratar el mundo de los sueños y lo cuidados que son los diálogos. Para no fastidiarle a nadie la lectura (todavía quedará algún despistado como yo por ahí), me centraré en algunos aspectos generales y trataré de no soltar ningún spoiler.
En primer lugar, cuando uno lee The Sandman creo que no tiene que perder de vista cuando se elabora esta fantástica serie. Son finales de los 80 y el cómic book norteamericano está bastante anquilosado. Tanto es así que la entrada de Gaiman y Alan Moore (especialmente con Watchmen y V for Vendetta) en el mercado editorial renovó de manera sustancial el cómic a nivel internacional y le dotó de una personalidad propia, adulta, literaria. En ese contexto The Sandman es una lectura deliciosa. Influencias del punk londinense (ya en la propia figura de Morfeo y la Muerte por ejemplo) sorprenden a primera vista. Aunque lo más llamativo es el preciso (y precioso) cuidado del guión con unos diálogos memorables y una historia que se desarrolla paso a paso, sin desentrañar todo lo que tiene y lo que puede dar, como se saborea un buen Oporto, lentamente, intensamente. Sin prisas.
¿Qué pasaría si el mundo de los sueños no estuviera estrictamente separado de la realidad? ¿Qué ocurriría si las líneas que marcan la realidad y la no-realidad fueran mucho más difusas de lo que pensamos? Es una pregunta sobre la que muchos artistas han trabajado. Desde la caverna de Platón, pasando por Calderón, Dostoievski u Oscar Wilde, si algo queda de manifiesto es que el sueño es tan real, pertenece de manera tan inmediata a la realidad que las meras fronteras que lo separan de nuestra vida diaria, consciente, son una necedad.
Gaiman se propone precisamente eso mismo, borrar las líneas y sumergirnos en un todo, realidad, sueño, fantasía… en el que todo cabe pero siempre presentado de una manera inteligente, sutil, muy cercana al lector. Gran acierto el de Gaiman al abordar la temática del sueño de una forma a la vez fantástica y muy realista.
Hace unas semanas tuve un sueño. Rara vez recuerdo alguno. Mi pareja me cuenta mis propios sueños ya que es partícipe de ellos. La Diosa de la Fortuna se me apareció y estuvimos charlando. Se lo dije a mi chica, soñando. Ella despierta. Al día siguiente, cuando hablamos del sueño le pregunté si Fortuna nos había dicho algo. “No lo sé”, me respondió. “Estabas hablando con ella y al segundo ya no recordabas nada”. “¡Demonios!” pensé, “qué jugarretas se gasta Morfeo”.
Recomendar un cómic que ha sido premiado con todo lo que se puede ganar es un tanto vacuo. Sólo diré que no es nada parecido a lo que había leído hasta el momento. Es también uno de los cómics más literarios que he leído. En ese mismo nivel de sutileza literaria donde está Mort Cinder, El Eternauta y alguno más. Y es bueno. Muy bueno.