domingo, 21 de septiembre de 2008
Shortcomings, Adrian Tomine
Si han leído a Daniel Clowes, Craig Thompson o a Jaime Hernández entonces muy posiblemente disfruten la última obra de Adrian Tomine, Shortcomings (2007) que es también la primera publicada en el Reino Unido. Anteriores trabajos del autor son Optic Nerve, Sleepwalk o Summer Blonde, pero ésta es su primera novela gráfica en la que aborda un tema que varios críticos esperaban que hubiera hecho hace tiempo: las tensiones raciales. Realmente es una extraña obviedad que un americano descendiente de japoneses de cuarta generación tenga necesariamente que reflejar este asunto en su obra. El hecho de que Tomine utilizara gafas oscuras para varios de sus personajes en otros cómics con las que se "oculta" el origen racial de los personajes levantó un revuelo bastante simplón que el propio autor se ha encargado de desmentir. En una entrevista del 31 de enero de 2008, Tomine es preguntado por este asunto desmintiendo ese supuesto propósito de ocultación. En realidad lo único que ha hecho es continuar una tradición historietística en cuanto a estilo, remontándose hasta Peanuts de Schultz. Es ridículo cómo en numerosas ocasiones la crítica pretende buscar conexiones que simplemente no existen.
Tomine confiesa en la entrevista citada que Shorcomings es su obra más personal hasta la fecha, con un alto grado de autobiografía. Una historia en la línea del slice-of-life, en la Ben Tanaka, 29, gerente de un cine universitario y su pareja, Miko Hayashi, 31, co-directora de un Asian-American Film Festival van a experimentar una serie de problemas de pareja que desembocarán en una separación temporal que progresivamente desligará sus vidas cuando ella acepte una beca para estudiar cine en New York. La obra resulta muy estimulante por la cercanía y la verosimilitud con la que se acerca a los problemas de pareja, a las frustraciones latentes en la vida diaria, a las pasiones ocultas (Ben está obsesionado con las mujeres de raza blanca). Si el desarrollo narrativo de esta separación entre Ben y Miko está espléndidamente trazado, no menos interesantes resultan las andanzas de la amiga de Ben, Alice Kim, una lesbiana que prolonga sus estudios universitarios con la única finalidad de anotarse más conquistas a su ya dilatado currículum. Es común que temas como las prácticas homoeróticas aparezcan en la historieta actual tal y como aparecen en literatura, siguiendo el impulso de liberación sexual y la fuerza de los movimientos queer. Pero eso puede ser un arma de doble filo. Puede quedar artificialmente construido, buscando un reclamo à la mode y nada más. No creo que sea el caso en Shortcomings, siendo Berkeley y New York los lugares donde transcurre gran parte de la
historia, conocidos por su permisividad en cuanto a prácticas eróticas, muy diferente a lo que ocurre en el sur de EE.UU. La erótica es un tema que trata con esmero Tomine, sin alardes ni obviedades huecas a las que nos malacostumbró una parte del cómic de los ochenta.
En una línea estilística de corte claro, sencillo, que recuerda mucho a su amigo Daniel Clowes en Ice Haven o Ghost World (pero lejos de la aburrida David Boring) del que Tomine reconoce necesarias influencias, Shortcomings es un buen ejemplo de cómo narrar una historia común y reconocible, que precisamente por ello capta la atención del lector que reconoce en sus páginas un mucho de veracidad y otro tanto de buen hacer con el lenguaje de la historieta.
Para leer más sobre la obra, aquí una reseña del New York Times.
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USA
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