
¡Si es que al final nos reproduciremos por esporas!

¡Si es que al final nos reproduciremos por esporas!



El pasado domingo estuve en el rastro de Valencia dando una vuelta. Como casi siempre acabé charlando con los hermanos Bueno, que tienen, según personas de confianza, la mayor colección de tebeo antiguo de España. Y no me extrañaría que fuera cierto porque después de una pequeña conversación, uno se da cuenta de que estos señores son bibliotecas andantes, memoria viva del tebeo…y además son simpáticos. En esas estaba, que si "este verano sigue viniendo mucha gente al rastro" (decían ellos), que si "ya, mi barrio sigue igual, lleno de coches hasta los topes" (decía yo) cuando me puse a rebuscar en un montón de tebeos, fanzines, libros y revistas sobre historietas.
Y es que es un verdadero placer echar una ojeada a todos los tebeos, allí puestos sobre la mesa, cuadernos de Hazañas Bélicas, Capitán Trueno, Florita, Príncipe Valiente y tantos, tantos más. Sumergido ya en montones de tebeos –disfruto como un chiquillo mirando aquí y allá- me encontré con varios números del mítico fanzine Madriz (números 2, 3, 4, 5 y 6) que apareció en 1984 subvencionado por la Concejalía de la Juventud del Ayuntamiento de Madrid y dio cabida a experimentaciones con la historieta de la mano de Ana Juan (la portada del núm. 4 es suya), El Cubri, Hernández Cava, Micharmut, Federico del Barrio, Sento… Aquí ya me dije "bueno, hemos tenido suerte hoy". Seguí con el buceo en las montañas de cómics para encontrarme con un tomo retapado de tres números de la revista HUMOR, publicación argentina que publicó Ediciones Amaika en 1981 en España. Una joyita porque contiene historietas y tiras de humor hechas únicamente por autores latinoamericanos: Trillo, Altuna, Breccia, Mandrafina, Fontanarrosa, Skiaffino, Maicas, Tabaré, Jericles, Clusellas, etc. Pero entre todas las historietas del tomo me quedo con Las puertitas del señor López, magnífica historieta que el ingenio de Carlos Trillo al guión y Horacio Altuna con los lápices ha dejado para la posteridad en un momento de represión que vivía Argentina, controlada por la Junta Militar encabezada por Videla. Definitivamente era mi día de suerte.
Pero no acaba aquí la cosa. Los señores Bueno tenían otra joyita, allí olvidada, mirando con ojos tristes desde su portada gastada: Veinte años de cómic (1993) Ed. Vicens-Vives, de Antonio Guiral et alii. Un magnífico libro didáctico, orientado para docentes de educación secundaria como parte del proyecto Aula de Literatura, que acerca grandes clásicos de la literatura al público juvenil, con ediciones cuidadas que incluyen material didáctico de aplicación en el aula. Veinte años de cómic recopila 17 historietas completas de autores tan relevantes como Carlos Giménez, Hugo Pratt, Jacques Tardi, Vicente Segrelles, Alberto Breccia, Horacio Altuna y Carlos Trillo, Daniel Torres, Miguelanxo Prado, Moebius, Enki Bilal… El libro consta de una introducción con una breve historia de la historieta y fichas biográficas de los autores recopilados. La parte más interesante del libro es la que lleva por título "Propuestas de trabajo", que contiene aplicaciones didácticas sobre el análisis y la creación de historietas. Un ejemplo excepcional de cómo el cómic puede tener una aplicación didáctica en el aula que permita acercar este medio al gran público desde una perspectiva formal y rigurosa. 

Otro artículo bien interesante de la mano de Ana Merino en el ABC del jueves 23 de agosto. El tema son los héroes o antihéroes en el mundo del cómic. El artículo da un breve repaso temporal y geográfico sobre el tema. Se habla de Corto Maltés, Tintín, Gastón el Gafe, Carpanta, Bardín el superrealista, Buddy Bradley, etc. Lectura amena e intersante.
Bardín el superrealista, obra de Max



No es la primera vez que Carlos Trillo idea una historia que mezcla la ciencia ficción y la crítica social. Las colaboraciones que realizó con Horacio Altuna fueron excelentes, destacando El Último Recreo y Ficcionario. Con tintes más surrealistas, pero manteniendo una aguda crítica social, sobresale Las puertitas del señor López que hicieron la dupla Trillo y Altuna en 1979, cuando la dictadura de la Junta Militar de Videla y compañía llevaba ya 3 años en el poder, merced al golpe militar. Oesterheld todavía se encuentra oficialmente “desaparecido”, asesinado por los mismos criminales que acabaron con la vida de sus cuatro hijas: Diana, Beatriz, Estela y Marina. Solo sobrevivió su esposa, Elsa, y dos nietos.
Pero volvamos a Trillo. Además de trabajar con Giménez y Altuna, también colaboró con Enrique Breccia, Mandrafina, Risso, Bernet... Con este último realizó una de las historietas con más éxito Clara de Noche, que fue el resultado de una petición de los editores. Ellos querían una “historieta de puta madre” y a Trillo se le ocurrió la historieta de una prostituta que además es madre!! Y ahí sigue, en El Jueves, cada semana. Pero sobretodo hay que recalcar la fantástica Custer, cómic que se anticipa al show del Big Brother extremo llevando la historia orwelliana al límite.

Ayer mismo, se podía leer un artículo de Ana Merino en el ABC (a doble página) titulado "Las mujeres, el rostro femenino de los cómics". Un pequeño análisis muy interesante sobre la relevancia que los personajes femeninos han tenido en la historia del cómic. La autora se remonta hasta la madre de The Katzenjammer Kids, creados en 1897 por Rudolph Dirks como "el primer personaje femenino con permanencia seriada de la historia". En el trayecto de esta historia de los personajes femeninos Ana Merino recuerda a la princesa de Slumberland en Little Nemo in Slumberland (1905), obra de Winsor McCay.
No quiero ser pesado con el manido tema de “El Jueves” y la censura de la ya archiconocida portada de Felipe y Leticia. ¡Qué ojo tuvo esta gente para asegurarse unas ventas muy suculentas! ¡O qué favorazo le hizo el fiscal jefe Conde Pumpido con el secuestro de la portada! Sea como fuere me parece interesante mostrar dos páginas de la revista que salió como “Especial Secuestro” porque dan la medida de la repercusión mediática que tuvo el suceso. Y es que el cómic además de un producto cultural, un entretenimiento, un gozo de fanáticos fieles, un divertimento desconocido para muchas personas…ES un medio de comunicación. Y como tal actúa como catalizador de la sociedad en la que se produce. Por eso me interesan estas dos páginas que incluyo aquí escaneadas de “El Jueves”. Son un ejemplo de “metacomunicación” (si es que el vocablo existe que lo dudo) en el que el propio cómic, en este caso una portada de una revista humorística de historietas, se convierte en el centro de la noticia, en el hecho noticioso, sobre el cual se organizó tremendo revuelo mediático. Y al final ¿qué nos queda de todo esto? Unas altísimas ventas para la revista y el hecho preocupante de que en la España democrática se puede secuestrar una revista por el supuesto ataque a la honorabilidad de los retratados. Nos queda también la certeza de que en España NO todos somos iguales, ni mucho menos. Pero sobretodo nos queda el regusto que uno siente, cuando a la postre, después de secuestros, idas y venidas, dimes y diretes, la susodicha portada, gracias a la magia de internet y la libertad que reina en el mundo blogueril, ¡ha sido más visitada que el coño de la Bernarda! Justicia poética.
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Además de todo esto que no es poco también estarán por allí Paco Camarasa, Álvaro Pons (con su desmoleculizador espacial que le lleva a todas partes. ¡Un saludo!), Antoni Guiral, etc. Vamos, lo más granao de la investigación sobre el cómic en España. Menudo Salón y yo que no podré verlo. ¡Me cagüen to!
El número 4 de El Manglar viene con un perturbador dibujo en portada a cargo de Carlos Vermut. Es una muestra de la nueva serie (R.O.M.) que empieza en este número y promete misterio y tensión a raudales. Si la anterior colaboración (Doble Sesión) de Vermut para esta revista (véase números 1, 2 y 3) fue impresionante, con historias que entrelazaban temas tan dispares como el western y los romanos, Alien y El Abuelo de Garci o The Ring (una peli japonesa) con la versión doblada de El Resplandor, esta nueva historia que se desarrolla por entregas, tiene muy buena pinta. Sin desvelar nada de esta nueva historia de Vermut, la tensión se huele por todas partes, el ambiente claustrofóbico se une a una trama que pone a una pareja anónima, apaciblemente durmiendo en su casa, al borde de la desesperación más absoluta.
La entrevista a Vermut que viene en este número tampoco tiene desperdicio. ¿Quién es Carlos Vermut? Madrileño. 27 años. Aclamado por su ópera prima El Banyán Rojo. Nominado a 4 premios del Salón del Cómic de Barcelona de 2007. Reconoce que es dibujante de cómics por influencia del manga (Bola de Dragón, Los Caballeros del Zodiaco). Amante del misterio, con el que impregna todas sus obras y que considera esencial tanto en el cómic como en la vida: "Porque el ser humano es curioso. Deseamos que nos cuenten historias que no deberían contarnos" Ese misterio que esconde un horror no desvelado, siquiera desvelado, pero presente, muy presente, es lo que encontramos en la primera entrega de R.O.M. Una curiosidad: todo el proceso de creación de sus historietas lo hace con el ordenador.
Aquí un servidor ya se ha acostumbrado a la columna “REVISTA DE TEBEOS” que elabora Álvaro Pons para El País con una cierta periodicidad (ya me gustaría que fuera a diario pero bueno…) El miércoles, venía un pequeño reportaje sobre la 38ª edición de la Comic Con de San Diego. Comentaba el autor que el cine está quitándole el protagonismo al cómic y que los fans están más preocupados por las nuevas versiones fílmicas de Iron Man, Hulk (que hagan algo digno, ¡por Tutatis!), The Dark Night, Beowulf (con guión de Neil Gaiman y que ya nos adelantó el siempre enterado finn5fel) y la esperadísima Watchmen. A ver cómo se las apañan para hacer una peli con la compleja historia de los superhéroes más humanos de la historia. Los flashbacks y el carácter polifónico podrían adaptarlo al cine, pero ¿y la mezcla de textos? ¿la experimentación entre la literatura, el lenguaje del cómic y el lenguaje periodístico? Vamos, que digo yo que Watchmen es un cómic alucinante por ese juego, ese exprimir las posibilidades del cómic y conectarlo con la literatura y el periodismo. El señor Alan Moore (que da miedo verlo, parece un anacoreta en su cueva) consiguió crear una historia que se fija en la memoria, que traspasa límites temporales para entrar por derecho propio en la historia de la literatura escrita…y dibujada. Además, nos mostró los superhéroes como nunca antes se les había visto. Los superhéroes son también humanos en Watchmen porque presentan miserias y virtudes, egoísmo y vileza, ternura y humanidad. Ya veremos cómo se las arreglan.
Lo más interesante respecto al cómic y que tiene mucho que ver con los autores españoles, es la reedición por parte de Dark House de las revistas Creepy y Eerie, de la editorial Warren. Ayer mismo hablábamos sobre las revistas de cómics en los años 80 en España y como Josep Toutain fue el que trajo a España todo el material de la Warren, que incluía a muchos autores españoles que trabajaban para editoriales estadounidenses y que fueron el verdadero pilar de esas publicaciones. Es extraño que tuvieran que ser reconocidos de rebote, a través de revistas como Creepy (versión española) autores como José Ortiz, Esteban Maroto, o Josep María Beá.
Con la perspectiva que da el tiempo se puede valorar si lo que dice este respetable crítico es cierto o no. Por un lado, esa promoción de autores fue algo evidente por la organización de concursos que Toutain llevó a cabo desde las páginas de sus revistas. De esta forma se consiguió que gente anónima viera publicados sus trabajos por primera vez. Un caso especial fue el de Miguelanxo Prado (últimamente ha dado mucho que hablar con su película de animación De Profundis), que gracias a esta promoción de autores noveles consiguió publicar en el núm. 30 de Creepy “Mar de tinieblas” para luego publicar “Fragmentos de la Enciclopedia Délfica" y "Stratos" en 1984. Sin embargo, como recoge Fco. Javier Alcázar en el artículo “Creepy, la insignia del terror en España” (también del libro Tebeosfera), Toutain tenía buen ojo para descubrir nuevos talentos, pero no tenía capacidad para retenerlos en sus revistas; después no sabía qué hacer con ellos. En el caso de Miguelanxo Prado no fue un problema ya que se labró una carrera profesional laureada incluso con premios en el festival de Angouleme en 1994. Y, sin embargo, he leído en más de una ocasión cómo el mismo autor dice que vivir de los cómics es imposible en España. Si lo dice Prado que está en la cresta de la ola, no digamos como será para el resto de autores. El caso de Prado es un feliz ejemplo de lo que el llamado boom de los 80 aportó a la historia del cómic en España.
Finalmente, hasta los medios de comunicación se han implicado de manera significativa. En El País podemos leer habitualmente una columna, “Revista de Tebeos”, a cargo de Álvaro Pons. En El Mundo, se dio una cobertura muy buena a la historieta en los fascículos sobre “El Franquismo. Año a año” que aparecieron semanalmente desde septiembre de 2006 a junio de 2007. Se ha creado un Premio Nacional de Cómic, una laguna que clamaba al cielo de la esfera cultural nacional. Y los cientos de blogs que tratan la historieta (como lo hace un servidor ;) con mayor o menor fortuna), dan prueba de un buen momento para la historieta en España. A ver si lo sabemos aprovechar esta vez…
Con la muerte de Franco en 1975 (si no antes) empieza la llamada transición española, con toda la serie de tiras y aflojas entre los diversos grupúsculos de poder que intentan perpetuarse (los unos) y dejarse ver y oír (los otros). Y en medio de toda esta confusión de dimensiones bíblicas algunos editores se plantean la publicación de todo ese material extranjero que con la autarquía cultural y económica, se quedaba en la frontera. Del mismo modo que Carrillo se atrevía a hacer declaraciones para diarios internacionales desde Madrid y el PC salía a la calle en un claro pulso al poder decrépito del moribundo régimen, editores como Josep Toutain (1932-1997) (figura indiscutible de este periodo) lideran esta nueva época que durará lo que ellos mismos tardaron en exprimir la vaca del cómic adulto, teniendo como modelos las publicaciones norteamericanas y francobelgas. Se publicó desde el cómic de autor hasta el cómic pornográfico, pasando por el satírico o los clásicos norteamericanos. Se publicó mucho cómic extranjero y también nacional. Aparecieron nuevos autores que se han mantenido en la industria editorial, como Miguelanxo Prado, Federico del Barrio, Jordi Bernet, Josep Mª Beá, El Cubri… Y muchos otros perecieron de manera tan fulgurante como nacieron durante esta época. Sin embargo, si en Francia y Bélgica sí se ha conseguido crear un espacio respetado y asimilado para el cómic como parte de la oferta cultural para el ciudadano medio, ¿qué ha pasado en España para que todavía una gran parte de la población relacione el tebeo con los niños? ¿Qué ha ocurrido aquí para que a pesar de ese ficticio boom del cómic en los 80, la lectura de historietas se considere (por una parte amplia de la población) un entretenimiento marginal, propio de adolescentes o frikis desfasados?