Con la perspectiva que da el tiempo se puede valorar si lo que dice este respetable crítico es cierto o no. Por un lado, esa promoción de autores fue algo evidente por la organización de concursos que Toutain llevó a cabo desde las páginas de sus revistas. De esta forma se consiguió que gente anónima viera publicados sus trabajos por primera vez. Un caso especial fue el de Miguelanxo Prado (últimamente ha dado mucho que hablar con su película de animación De Profundis), que gracias a esta promoción de autores noveles consiguió publicar en el núm. 30 de Creepy “Mar de tinieblas” para luego publicar “Fragmentos de la Enciclopedia Délfica" y "Stratos" en 1984. Sin embargo, como recoge Fco. Javier Alcázar en el artículo “Creepy, la insignia del terror en España” (también del libro Tebeosfera), Toutain tenía buen ojo para descubrir nuevos talentos, pero no tenía capacidad para retenerlos en sus revistas; después no sabía qué hacer con ellos. En el caso de Miguelanxo Prado no fue un problema ya que se labró una carrera profesional laureada incluso con premios en el festival de Angouleme en 1994. Y, sin embargo, he leído en más de una ocasión cómo el mismo autor dice que vivir de los cómics es imposible en España. Si lo dice Prado que está en la cresta de la ola, no digamos como será para el resto de autores. El caso de Prado es un feliz ejemplo de lo que el llamado boom de los 80 aportó a la historia del cómic en España.
Por otro lado, si alguno de los nostálgicos de los que hablábamos antes hiciera una relectura de aquellas revistas, se daría cuenta enseguida de que no todo eran historias de Bernet, Altuna, Muñoz y Sampayo, Prado o Richard Corben. Se publicó mucha basura. Precisamente por la apertura que la transición propició para la apolillada España, se publicó gran cantidad de material erótico y pornográfico por poner un ejemplo. Mucho de este material, era paupérrimo. Recuerdo las historietas que salían en El Víbora “Pequeñas viciosas”, cómics autoconclusivos de 4 páginas más o menos que siempre tenían por protagonistas a adolescentes libidinosas que aparecían trincando con uno o con otra, con el único fin de calentar al lector masculino. Los guiones eran de pena, pero es que los dibujos tampoco se salvaban. Y para colmo de la cosa, los cómics los firmaban dos chicas Mónica y Bea, que incluso aparecieron en algunas entrevistas hablando de sus ideas para elaborar los cómics. Vamos, que las entrevistas eran otra forma de calentar al personal. Sin embargo detrás de las dos jovencitas se escondía la mano de Santiago Segura que era el verdadero autor de los guiones, mientras que su coleguita José Antonio Calvo se encargaba de los dibujos. Para acabar de creerse esto pichar aquí. Esta técnica de mantener un público lector preferentemente masculino con historietas del tipo “Pequeñas viciosas”, se convirtió en un arma de doble filo. La nula calidad de estas historias acabó cansando al personal que cada vez fue sintiendo mayor hastío hacia estas revistas. Es tan solo un ejemplo pero como éste hay muchos. Y es que no todo fueron excelentes (ni tan siquiera aceptables) historias las publicadas en los 80, con lo que al final se perdió el lector potencial que se podría haber ganado si se hubiera cuidado un poco más la planificación editorial.
Los años 80 fueron un periodo perfecto para consolidar la industria editorial del cómic español. Sin embargo, la crisis del cómic no hizo sino agudizarse. La llegada del manga fue el remate definitivo que en los 90 terminó por comerse gran parte del pastel. Tal vez si se hubiera planteado el negocio del cómic adulto con mayor distancia temporal, buscando mantener a aquellos autores que despuntaban y ofreciéndoles una estabilidad laboral que se tradujera en publicaciones variadas pero de calidad, accesibles al gran público y no solo a los más aficionados, ese ficticio boom de los 80, se hubiera convertido en la catapulta que situara el cómic al nivel de otras producciones culturales, plenamente integrado en la sociedad española y reconocido desde las instituciones, las universidades y los medios de comunicación.
Sin embargo, la historia del cómic parece el curso del Guadiana, que a veces aparece y otras desaparece. Estamos en un buen momento, prueba de ello es la aparición de nuevas revistas de una calidad muy respetable (El Manglar o BD Banda por ejemplo). Además, es sintomática la implicación que la universidad está teniendo con la historieta (en Valencia la exposición “Tebeos y Tecnología” de la Politécnica y el curso de la UIMP sobre el cómic son ejemplos de ello), amén de la buena salud que gozan los diversos certámenes y salones que pueblan la geografía española.
Por otro lado, si alguno de los nostálgicos de los que hablábamos antes hiciera una relectura de aquellas revistas, se daría cuenta enseguida de que no todo eran historias de Bernet, Altuna, Muñoz y Sampayo, Prado o Richard Corben. Se publicó mucha basura. Precisamente por la apertura que la transición propició para la apolillada España, se publicó gran cantidad de material erótico y pornográfico por poner un ejemplo. Mucho de este material, era paupérrimo. Recuerdo las historietas que salían en El Víbora “Pequeñas viciosas”, cómics autoconclusivos de 4 páginas más o menos que siempre tenían por protagonistas a adolescentes libidinosas que aparecían trincando con uno o con otra, con el único fin de calentar al lector masculino. Los guiones eran de pena, pero es que los dibujos tampoco se salvaban. Y para colmo de la cosa, los cómics los firmaban dos chicas Mónica y Bea, que incluso aparecieron en algunas entrevistas hablando de sus ideas para elaborar los cómics. Vamos, que las entrevistas eran otra forma de calentar al personal. Sin embargo detrás de las dos jovencitas se escondía la mano de Santiago Segura que era el verdadero autor de los guiones, mientras que su coleguita José Antonio Calvo se encargaba de los dibujos. Para acabar de creerse esto pichar aquí. Esta técnica de mantener un público lector preferentemente masculino con historietas del tipo “Pequeñas viciosas”, se convirtió en un arma de doble filo. La nula calidad de estas historias acabó cansando al personal que cada vez fue sintiendo mayor hastío hacia estas revistas. Es tan solo un ejemplo pero como éste hay muchos. Y es que no todo fueron excelentes (ni tan siquiera aceptables) historias las publicadas en los 80, con lo que al final se perdió el lector potencial que se podría haber ganado si se hubiera cuidado un poco más la planificación editorial.
Los años 80 fueron un periodo perfecto para consolidar la industria editorial del cómic español. Sin embargo, la crisis del cómic no hizo sino agudizarse. La llegada del manga fue el remate definitivo que en los 90 terminó por comerse gran parte del pastel. Tal vez si se hubiera planteado el negocio del cómic adulto con mayor distancia temporal, buscando mantener a aquellos autores que despuntaban y ofreciéndoles una estabilidad laboral que se tradujera en publicaciones variadas pero de calidad, accesibles al gran público y no solo a los más aficionados, ese ficticio boom de los 80, se hubiera convertido en la catapulta que situara el cómic al nivel de otras producciones culturales, plenamente integrado en la sociedad española y reconocido desde las instituciones, las universidades y los medios de comunicación.
Sin embargo, la historia del cómic parece el curso del Guadiana, que a veces aparece y otras desaparece. Estamos en un buen momento, prueba de ello es la aparición de nuevas revistas de una calidad muy respetable (El Manglar o BD Banda por ejemplo). Además, es sintomática la implicación que la universidad está teniendo con la historieta (en Valencia la exposición “Tebeos y Tecnología” de la Politécnica y el curso de la UIMP sobre el cómic son ejemplos de ello), amén de la buena salud que gozan los diversos certámenes y salones que pueblan la geografía española.
Finalmente, hasta los medios de comunicación se han implicado de manera significativa. En El País podemos leer habitualmente una columna, “Revista de Tebeos”, a cargo de Álvaro Pons. En El Mundo, se dio una cobertura muy buena a la historieta en los fascículos sobre “El Franquismo. Año a año” que aparecieron semanalmente desde septiembre de 2006 a junio de 2007. Se ha creado un Premio Nacional de Cómic, una laguna que clamaba al cielo de la esfera cultural nacional. Y los cientos de blogs que tratan la historieta (como lo hace un servidor ;) con mayor o menor fortuna), dan prueba de un buen momento para la historieta en España. A ver si lo sabemos aprovechar esta vez…
13 comentarios:
Lo de Mónica y Bea fue producto de la nueva tendencia de El Víbora, cuando dejó la impresionante etapa de Onliyú y se centró en las tetas en portada. Pero en ese momento, la cosa ya estaba en las últimas.Pese a que muchas revistas aguantaron hasta mediados de los 90, el primer lustro de esta década fue agónico.
Excelente análisis.
Creo que ya comenté en tu blog que todo ese grupúsculo de revistillas del amigo Toutain me parecen en suma "infumables": Cimoc, Zona84, Creepy...
Malos guiones, dibujos ínfimos, papel nefasto, historias subidillas de tono para satisfacer a toda la legión de pajilleros ávidos de destape (de vez en cuando se dejaba caer a Manara para darle un toque artístico al asunto, aunque al final hasta Manara cansa...), todavía tengo algunas de estas revistas por casa y no las quemo por compasión...por eso y por algunas historias de Miguelanxo Prado, Carlos Gimenez, Corben, Beá y cuatro mas que podemos (y debemos) destacar como honrosas excepciones dentro del "fallido boom del comic de los 80".
Fallido porque vivia a años luz de lo que se cocía en el extranjero. Cuando querais os enseño los Cimoc que tengo en los que se destaca en un birrioso pie de pagina que "un tal Alan Moore está trabajando en algo llamado Watchmen" o "Miller, de Daredevil, ha hecho una novela gráfica llamada Ronin".
Aun así, y dado que gracias a esta morralla yo he conocido a gente como Eisner y Breccia, solo por eso, les estoy agradecidos.
¿Por que fue ficticio? No se, probablemente porque en España no había (ni habrá) una demanda de comics adultos como si puede haberla en paises mas metrosexuales como Francia y Belgica. Y tal vez porque todos estos editores no tuvieron (como bien apuntas) los cojones para montar una autentica industria del comic nacional saliendo de sus "catacumbas del friki".
Luces y sombras. Como todo en esta vida.
PD. Me estoy coleccionando "100 Balas" de Azzarello y Risso desde el número 1. Es lo mejor que he leido en mucho tiempo. ¿Que día nos contarás algo mas de Risso y Breccia, los dos superdibujantes argentinos?
Precisamente este mes sale aquí en los USA el volumen número 11 de 100 Bullets, y me encanta la portada.
Hombre quique... infumables..."malols guiones, dibujos ínfimos"... CHico, no sé que revistas has visto, pero en las que nombras, por ejemplo en CIMOC, se pueden encontrar obras de Manfred Sommer, Valerian de Mezieres y Christin, Alvar Mayor de Enrique Breccia y Trillo, Obras de Moebius, el Sin City de Miller, por citar sólo algunas. En el 1984 se publicaron series como Den, Mundo Mutante o las 1001 y una noches de Corben, excelentes sereis de Leo Durañona, historias geniales de la Warren firmadas por algunos de los mejores autores de la época, series de Howard Chaykin... Y en el Creepy, desde el Bloodstar de Corben hasta Sangre sobre satén negro, de Gulacy, Vida en otro Planeta, de Eisner o el Torpedo de Bernet y Abulí.
Decir que las revistas de los 80 eran para la legión de pajilleros ávidos de destape es, cuanto menos, no haber leído más quje algunos números de esas revistas. Fíjate en otros títulos como TOTEM (donde colaboraban Pratt, Moebius, Caza, García, Bilal, Muñoz y Sampayo, etc..), Vértigo (con Bilal, Manara -el de Hombre de papel-, Goetzinger...), Comix Internacional (Eisner, Foster, Bilal, Corben, todos los clásicos americanos y europeos), Cairo (con toda la generación de autores españoles de la nueva escuela valenciana más Tardí, Jacobs, etc).
No le niego que participaron gente cojonuda como la que ha citado (y como la que he citado).
Luz verde a Pratt, Trillo, Breccia, Corben, Foster, Eisner e incluso "Torpedo" de Benet y Abuli (y "El Kraken!!"). Oiga, no se que numeros tiene donde aparece el Sin City de Miller (del que por cierto solo me gusta "Ese cobarde bastardo").
Ni fu ni fa (opinion personal): Chaykin (no esta mal), Jacobs (mas linea clara), Tardí (lo unico frances que me gusta un mínimo)
Pero dado que sobre gustos no hay nada escrito permita que le diga que Gulacy no me gusta un pimiento. Su "Pray" para Batman (llamenme hereje) me parece muy mal dibujado.
Y aun a riesgo de llamarme "sucio ignorante", el comic frances no me gusta. Muy artificios, muchos colorines, ediciones muy cuidadss pero en ocasiones solo eso. Y no solo lo digo yo. Todavía me acuerdo de aquella tarde en la FNAC de Paris (Gare du Nord) viendo comics en la vastísima sección del ramo...me daba la impersión de que el producto nacional estaba cortado todo por el mismo patrón.
Y la última herejia: NO ME GUSTA MOEBIUS. Lo poco que he leido de él, no es que no me haya gustado, es que tampoco me dice nada.
Por cierto, ya que nuestro amigo Álvaro Pons sabe un huevo de esto, ¿que opinion tiene de ese pedazo de superdibujantes murcianos que son Arcas y Acuña y su inigualable "Claus & Simon?"
¿Se nota mucho que son conocidos amen de unos tios simpatiquísimos?
A ver quique: diferenciemos los gustos personales de la importancia de los autores. Una cosa es que no te guste el tebeo francés, que es muy lícito, y otra que la lista de autores no sea importante.
Chaykin es uno de los grandes en los USA. tardi es un superventas en Francia y es uno de los autores franceses que más venden en España.
Vamos, que calificar de revistas para pajilleros con dibujos ínfimos y malos guiones a las revistas de los 80 es, cuanto menos, arriesgado. Dime, si quieres, que pese a su fama a tí no te dicen nada y no te parecen interesantes, pero lo otro me parece exagerado. Sobre todo porque parece que sólo has leído algunos números y es díficil cuantificar la calidad de una revista que duró años sólo por unos números.
De todas formas, no juzgues el tebeo francés diciendo que es todo el igual. Sería el equivalente a decir que todo el manga es lo mismo o que todo lo japonés es igual. Y hay muchísimas diferencias. Afortunadamente.
En CIMOC apareció serializado el primer arco argumenatl de Sin City a partir del nº 134. No fue el único autor americano, también aparecieron Bisley y otros.
Y de Gulacy...¡Ay! es que Prey es mala de cojones, me estás hablando de un Gulacy ya tardío que apenas se trabajaba los dibujos y que para colmo firmaba unos guiones malísimos. Yo te recomiendo que le eches un vistazo al Gulacy de los inicios el de los 70: el de Sangre sobre Satén Negro, el de las geniales historias jamesbondianas de Sang Chi, Sabre o el de Slash Maraud.
Claus & Simon me parece una serie muy apreciable. Excelentemente bien dibujada y con unos guiones divertidos.< Un buen tebeo.
Bueno, aquí un servidor es cuando se calla y deja que gente que sabe de verdad de esto hable a sus anchas.
Gracias por la aclaración Álvaro sobre El Víbora. No tengo ni mucho menos toda la colección y me guío por lo que podido leer o por la gente que ha escrito sobre ello.
Quique, eres de todo o nada, eh?? Me gusta eso. Hombre, después de leer la detallada lista de autores que escribe álvaro, lo de infumables, no sé yo... Sobre Breccia, me pondré al tajo. Y sobre Risso, me tendré que comprar la de 100 balas!! La he visto tantas veces, ahi, en el mostrador, tanto aquí en Valencia como en USA y no he acabado de decantarme. Pero después de lo que has dicho, se impone la compra. Y es que hay tantos cómics, tanto por leer!!
Gracias finn5fel por esa portada!
Oye, que nadie había mencionado a Segrelles!! En fin, hay tantos...
Ya que habláis del cómic francés -aunque los autores sean italianos, la serie la publica Soleil-, no puedo sino decirle a Jorge otra vez que se lea Sky Doll, hahaha.
HAHAHAHAHA Mario, me parto! Me la tengo que comprar releches...
Hahahaha. Pues eso. Total, después de todo lo que te he dicho, seguro que acaba decepcionándote, pero bueno...
¡Pero, Mr. Quique, si el cimoc era muy bonito! A veces venía llenito de artículos, fichas sobre historietas clásicas o cartas de Carlos Pacheco al correo de los lectores.
Sí, el papel se amarillea pero es que se trataba de una revista donde sacaban algunas series que luego se publicaban en albumcito. De este modo reconocias a un buen número de personajes y autores. ¡¡¡A veces hasta salian guionistas!!!
Cuando montaba en tren mi abuelo siempre traia alguna de aquellas revistas. Aunque el no leía a cualquier varón aburrido en una estación le resultaba muy duro sustraerse a alguna de estas publicaciones, a partir de 1985 sus portadas eran una promesa. El Cimoc las adoptó algo más tarde y hubo lectores que se quejaron por la repetición del reclamo hormonal.
A mí me gustaba el Cimoc (tenía de todo) y hasta me creía aquello de que Hombre acabaría en la televisión.
¡Viva Slash Maraud! Gulacy le da cien vuletas a Hitch como 'dibujante cinematográfico'.
Pues estoy contigo ismael que de entre todas las revistas de aquella época, Cimoc era posiblemente la mejor...
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