Estaba leyendo la bitácora de
Rafael Marín,
Crisei, donde se menciona que su última novela,
Juglar (2006) vuelve a las librerías y aquí un servidor se la comprará cuando vuelva a España, porque he leído maravillas sobre ella. Pero el caso es que estaba revisando algunas entradas anteriores y he dado con la entrada
"Otra que tal. Así va el cómic", de nombre sugerente (de miserias, claro). Contaba Rafael Marín la anécdota de un amigo que después de encontrar en una librería online los cuatro tomos de
El Cid, obra mítica de
Hernández Palacios, publicada por Ikusager y hacer el consiguiente pedido, una señorita le llamó para advertirle que lo que estaba comprando eran "libros infantiles" ¿? Así está el panorama de la historieta en España. Pero más divertida es la OTRA anécdota que aparece en los comentarios y que relata el propio Marín. La reproduzco tal cual porque me he estado riendo un buen rato. Y es que, ¿a quién no le ha pasado esto mismo?
"Íbamos mi amigo Miguel y yo de caza por todos los rincones de Cádiz donde pudiera haber tebeos perdidos. Ibamos buscando, tontos de nosotros, tebeos de Flash Gordon de Burulan.
Llegamos a un sitito perdido, donde había chucherías, novelitas de a duro, tebeos viejos. "¿Tiene usted Flash Gordon?", pregunto.
Y el tío se vuelve y le dice a la mujer: "¡Maruja, saca de la nevera un flag de los gordos"
("Flag", recuérdese, es ese helado de hielo que viene en plastiquito y se chupa). "
Divertidísima y a la vez triste situación.
Somos una raza en extinción.
¿Cuánto duraremos?
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