Las visitas a la Central Library de Nottingham me están deparando interesantes lecturas. El otro día saqué Ghost World de Daniel Clowes y Fiends of the Eastern Front de Gerry Finley-Day y Carlos Ezquerra.
Ghost World, como bien dice el Hartford Advocate en la contraportada, tiene una estrecha relación con la novela de Salinger The Catcher in the Rye (El guardián en el centeno). La obra de Salinger es un ejemplo perfecto de una coming of age novel o bildungsroman, en la que los protagonistas son adolescentes que se enfrentan al cambio hacia la edad adulta, expresando las angustias propias de la pubertad. En Ghost World, Daniel Clones consigue plasmar el lenguaje de la juventud, las inquietudes, los problemas mundanos, la angustias y las obsesiones de dos chicas corrientes, Enid y Rebecca. La exaltación de la amistad (que a esa edad parece eterna) frente a los cambios que sobrevienen, el despertar de la sexualidad, la Universidad, la búsqueda de un lugar en el mundo en definitiva. Y el autor lo hace de manera muy efectiva. La historia, dividida en 8 capítulos está muy bien trenzada, de manera que te atrapa hasta que terminas la historia. Pero la importancia no está precisamente en el desenlace de la trama, sino en el transcurso de la historia, en el día a día de estas dos chicas que viven preocupadas por encontrar su propia identidad, su espacio en un mundo que a esa edad muchas veces parece desmoronarse sobre uno.
Como ocurre en otras obras de coming of age como Historias del Kronen de José Ángel Mañas, los personajes viven en una suerte de inercia sin saber a dónde van. En la novela de Mañas buscando el límite, emociones fuertes en una nueva sociedad del bienestar, donde la libertad absoluta es el bien más preciado y lo único que importa. Frente a la novela punkera de Mañas, Ghost World se mueve en el espacio del pueblo pequeño norteamericano, donde las únicas diversiones son dar una vuelta con el coche por un parking de Wal-Mart, ver a la gente que acude a una Waffle House o fantasear sobre la tienda de artículos eróticos. Si algo hace de manera magistral Daniel Clowes es plasmar fielmente a un tipo concreto de adolescente norteamericano. A través de todo el huracán de series, películas, libros, cómics, música que nos llega de USA podemos hacernos una idea de que ese adolescente que nos muestra Clowes es real, existe. Pero si además has vivido un par de años in America, Ghost World te parece la vida misma. Muy buena lectura.
Ghost World, como bien dice el Hartford Advocate en la contraportada, tiene una estrecha relación con la novela de Salinger The Catcher in the Rye (El guardián en el centeno). La obra de Salinger es un ejemplo perfecto de una coming of age novel o bildungsroman, en la que los protagonistas son adolescentes que se enfrentan al cambio hacia la edad adulta, expresando las angustias propias de la pubertad. En Ghost World, Daniel Clones consigue plasmar el lenguaje de la juventud, las inquietudes, los problemas mundanos, la angustias y las obsesiones de dos chicas corrientes, Enid y Rebecca. La exaltación de la amistad (que a esa edad parece eterna) frente a los cambios que sobrevienen, el despertar de la sexualidad, la Universidad, la búsqueda de un lugar en el mundo en definitiva. Y el autor lo hace de manera muy efectiva. La historia, dividida en 8 capítulos está muy bien trenzada, de manera que te atrapa hasta que terminas la historia. Pero la importancia no está precisamente en el desenlace de la trama, sino en el transcurso de la historia, en el día a día de estas dos chicas que viven preocupadas por encontrar su propia identidad, su espacio en un mundo que a esa edad muchas veces parece desmoronarse sobre uno.
Como ocurre en otras obras de coming of age como Historias del Kronen de José Ángel Mañas, los personajes viven en una suerte de inercia sin saber a dónde van. En la novela de Mañas buscando el límite, emociones fuertes en una nueva sociedad del bienestar, donde la libertad absoluta es el bien más preciado y lo único que importa. Frente a la novela punkera de Mañas, Ghost World se mueve en el espacio del pueblo pequeño norteamericano, donde las únicas diversiones son dar una vuelta con el coche por un parking de Wal-Mart, ver a la gente que acude a una Waffle House o fantasear sobre la tienda de artículos eróticos. Si algo hace de manera magistral Daniel Clowes es plasmar fielmente a un tipo concreto de adolescente norteamericano. A través de todo el huracán de series, películas, libros, cómics, música que nos llega de USA podemos hacernos una idea de que ese adolescente que nos muestra Clowes es real, existe. Pero si además has vivido un par de años in America, Ghost World te parece la vida misma. Muy buena lectura.
El cómic fue llevado al cine en 2001 con Scarlett Johansson en el papel de Rebecca y Thora Birch en el rol de Enid. Y también salía Steve Buscemi. Me gustaría verla...Aquí tenéis el link en imdb.
3 comentarios:
Precisamente te iba a preguntar si habías visto la película. Yo tampoco, y aunque sí recordaba que salía Thora Birch, no sabía que mi amada Scarlett agraciara la pantalla con su presencia. Será cuestión de echarle un vistazo.
Hola!
Hace un par de años vi la película y me gustó mucho.
Hace un par de semanas leí el cómic y me pareció interesante, aunque no acabé de 'entrar'. El dibujo no me gustó demasiado y, aunque el guión está bien, creo que le falta algo así como 'ir a alguna parte'. Como retrato costumbrista, eso sí, está genial.
Quizás la culpa fue justamente el haber visto la película antes... no sé. Pero la historia, la trama, creo que está más lograda en la peli.
A ver si la véis vosotros después de leer el cómic y os pasa lo contrario. Sería interesante. Ya diréis.
Un saludo.
Sí, me gustaría ver la peli. Hombre con un reparto así, Scarlet, Steve Buscemi, Thora Birch, es interesante a priori.
Y después de lo que dice job, pues eso, será cosa de echarle un vistazo. Curioso que te gustara más la peli que el cómic, no? Quiero decir, normalmente pasa al revés. Aunque es cierto que los dibujos de Clowes creo que son del tipo o te gustan o te parecen muy flojos. Yo he de reconocer que era de los segundos. Pero el guión, la propia historia es lo que me hizo meterme en el cómic. Y vaya, sí que lo disfruté. Me recordó mucho a Salinger.
Veremos la peli y compararemos ;)
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