martes, 5 de agosto de 2008

El cómic (normalizado) en vías de extinción


En un artículo para el especial dedicado al cómic del Boletín Galego de Literatura, Ana Merino se refiere a la pérdida del espacio masivo de la historieta, ocupado por otras manifestaciones culturales (o como queramos llamarlo) tales como los videojuegos o simplemente la televisión. Dice la autora: "El cómic infantil del siglo XXI perdió su espacio de popularidad que lo caracterizó y popularizó en el siglo XX. El entretenimiento masivo a través de los videojuegos y la televisión secuestró a la audiencia infantil lectora de cómics" [trad. mía]. Es una agria queja que compartimos todos los que valoramos y disfrutamos con este arte. Sin embargo, una especie de paradoja me viene a la mente. Ayer, estaba leyendo una entrada de Pepo Pérez en Con C de arte en la que directamente hablaba de una (ya conseguida) respetabilidad del medio, en contraposici'on a otras manifestaciones culturales (como los videojuegos) que todavía se consideran como mero entretenimiento. Decía Pepo: "Hoy, convertidos los tebeos en medio respetable, la peste es el cine-videojuego". Si antes las críticas más "ácidas" de la "inteligencia cultural" era comparar una mala película a un cómic, parece que se ha sustituido el segundo elemento (el cómic), por los videojuegos. ¿Quiere esto decir que YA ha conseguido la historieta esa esfera de respetabilidad? Tal vez es que yo soy un poquito pesimista al respecto pero estamos lejos de esa situación. Y todo ello pese a los enormes avances en la normalización del medio, que los ha habido y muchos.

Sin embargo, es cierto que en la actualidad los videojuegos han ocupado el espacio masivo del entretenimiento (y si ocurre desde una temprana edad como es el caso) y del aprendizaje. ¿Se puede aprender algo de los videojuegos? Seguro que sí. ¿Se puede uno tirar horas, días, semanas, meses dándole al botoncito para matar zombis? También. Lo que es innegable es que ahora los videojuegos son los reyes del espacio masivo. Están por todas partes, en cualquier casa hay una videoconsola y lo que es más importante, los referentes sociales del momento, los deportistas de élite (futbolistas principalmente), siempre aparecen en sus concentraciones o en su tiempo libre, dándole al botón. Es una escena recurrente ver a jugadores divirtiéndose con la consola y nunca se les ve hojeando un cómic.

Por lo tanto, ¿qué preferimos respetabilidad o difusión masiva? Ambas cosas, claro. ¿Pero la normalización de la historieta la salvará de su desaparición? Podemos caer en el error de creer que porque la historieta sea respetada ahora mucho más de lo que lo fue décadas atrás, eso se traduzca en una supervivencia (no ya vigencia) del medio. A priori sí, pero los que mandan son los consumidores y estos parece que están orientados decididamente más hacia otros menesteres. Así pues el título de Ana Merino no parece exagerado. Pero Merino va más allá y asegura que uno de los problemas de la decadencia del cómic ha sido justamente su instauración masiva en la sociedad. Al parecer una espada de doble filo. La masificación de la historieta, su uso planfletario en muchas ocasiones, sus motivos recurrentes estereotipados le privaron al medio, según Merino, de una respetabilidad como producto cultural. Así pues, una pescadilla que se muerde la cola. Sin ninguno de estos dos condicionantes, respetabilidad o implantanción masiva, la historieta queda como una especie en extinción.

Eppur si muove.

Desde muchos referentes sociales se habla de una historieta normalizada, aceptada y respetada en nuestro país, entonces ¿es realmente una manifestación cultural en extinción? ¿Es cierto que la audiencia infantil-juvenil se ha perdido en favor de los videojuegos y el cine? ¿Quien lleva entonces los salones de historietas como el de Barcelona? ¿Son todos talluditos treina-cuarenta-cincuentones coleccionistas que acuden a estos eventos rescatando parte de su pasado?

No me queda nada claro, ni la normalización ni la supuesta extinción del medio.

12 comentarios:

Nash dijo...

Lo que esta claro es que cada vez se lee menos, y no solo cómics también libros. En España da lastima oír leer a los chavales que tienen 15 o 16 años, si son incapaces de comprender lo que leen como va a disfrutar con un libro o un cómic. Yo sinceramente le veo el principio del fin para cómics y libros.

Jorge dijo...

Hola Nash, sí, eso es un hecho. Y gran culpa de esas deficiencias en la lectura la tienen los modelos cercanos (y culturales) de esos chavales. Si en sus casas ni sus padres leen, ni sus hermanos, ni nadie de un entorno cercano, es menos probable que un chaval lea.

Ahora, de ahí a ponernos apocalípticos con la extinción del cómic...o congratularnos por la ya conseguida normalización del medio. Son posiciones muy inestables, no me siento seguro en ninguna de las dos.

Emilio Aurelio dijo...

Uno de los motivos por los que inicié mi blog y lo llamé "Comincs en extincion" fueron mis hijos. Los libros, que en mi casa están por todas partes, han perdido la batalla frente a los video-juegos. Y es que no es para menos. No es igual leer "El Señor de los Anillos" que ver su película y mucho menos que jugar con el video-juego correspondiente, donde casi te transformas en Aragorn matando orcos. El aprendizaje es mas fácil que la lectura y la diversión mucho mas inmediata, e incluso supera al cine por su interactividad.

Para mi está claro. Cómics en el sentido clásico de la palabra en clara extinción, lo cual no tiene porqué significar desaparición total. Nos quedarán como las especies relícticas (creo que esa era la palabra), seguirán existiendo pero relegados a un nicho mucho mas reducido, que esperemos no sea solo el nostálgico, sino que se sepan incorporar otros intereses.

En cualquier caso... ¿quién sabe lo que el futuro nos prepara?.

Jorge dijo...

La batalla de la interactividad a tienen ganada los videojuegos. Ahora, la del entretenimiento...hay más tela que cortar. Si los medios visuales tienen en nuestros días una preponderancia en la sociedad, entonces la historieta no tiene la batalla perdida. No entro ya a tocar el tema de la literatura porque prefiero no deprimirme.

Pero qué paradoja no? Cuando se normaliza y se respeta el cómic, entra en vías de extinción. Si al final sólo queda para reducto de coleccionistas, para deleite de unos pocos, no habrá mayor contradicción en esa situación, cuando el cómic se desarrolla precisamente como medio de comunicación de masas.

Ya veremos...aunque ambas visiones, la extinción y la normalización, pululan sin mancharse la una a la otra en la actualidad. Extraño.

Emilio Aurelio dijo...

Tu lo has dicho, hay que mancharse. Ni vale la postura del cómodo coleccionista que se limita a pedir reediciones que a casi nadie interesan, ni la del intelectual que solo se ha aproximado al cómic cuando se ha dignificado y ya no teme mezclarse con la plebe "inculta". Hay que buscar el punto de encuentro entre ambas posiciones y entre estas y el resto de la sociedad. Y ésto conlleva su riesgo. ¡Hay que mancharse!.

Sobre lo de que cada vez se lee menos, no lo tengo claro. Mas bien cada vez se lee peor.

Sobre la desaparición de los libros, pienso que es imposible. Tecnológicamente siguen siendo un instrumento para la transmisión del conocimiento puntero. Su consumo de energía es nulo, el formato 100% compatible con todos los idiomas, capacidad prácticamente ilimitada, no está sujeto a prácticas monopolísticas, casi todos son portátiles, ... Ni Bill Gates se atrevería a plantarle cara a semejante monstruo, intentaría aliarse.

Jorge dijo...

Siempre soy reticente a dignificar cualquier tiempo pasado como mejor que el presente, creo que hay un mucho de nostalgia y un poco de adulto entrado en años, con lo que eso conlleva de pérdida de ilusiones.

Aunque a la vista de las estadísticas y con los datos palpables, se lee menos y como bien apuntas, peor. No temo por la desaparición de la literatura, tú lo has dicho, hoy por hoy es una quimera para libros de ciencia ficción. Pero si las deficiencias en la adquisición del hábito de lectura continúan incrementándose, lo que hoy parace sci-fi en unos años se convertirá en gente tirándose de los pelos.

No se trata de heroísmos, pero si cada uno puede aportar abrirle nuevas posibilidades a la personas que tiene al lado, ya sea sobre la hsitorieta o sobre la literatura, mucho se habrá ganado. A mancharse entonces, a meterse en el fango y dejarse de torres de marfil de la puñeta!

Emilio Aurelio dijo...

OK.

Medidas de choque. Con mi hijo pequeño, 8 años, cada que vez que se acabe un libro durante este verano, compra automática del siguiente,sin límites. De otra forma es muy difícil competir con el emule. De momento, se ha picado y está leyendo.

Jorge dijo...

Esa es una noticia maravillosa! Me alegro mucho estimado anguloagudus. Ese "pacto entre caballeros" de niño y adulto debe ser fenomenal. Me entran picores de paternidad...ay, quita, quita, ya veremos más adelante...

Pepo Pérez dijo...

Sólo una cosa: yo no decía lo que me atribuyes, la cita era de John Tones. Saludos y gracias por el enlace.

Nash dijo...

Yo lo intento con el sobrino de mi novia, le regalamos los libros de Harry Potter y le llevo a ver todas las pelis de super-heroes que hay, y de vez en cuando también le llevo cómics, pero me cuenta que ninguno de sus amigos lee apenas, ni cómics ni libros, creo que por no leer no se leen ni las instrucciones de los juego.

Jorge dijo...

Hola Pepo,

Bueno, lo siento entonces por la confusión. Aunque quien lo diga es casi lo de menos, a estas alturas casi todo el mundo habla de la normalización del medio. Como la frase citada venía tras una pregunta lanzada (creo que tuya) asumí que la afirmación también lo era. El caso es que me parece una contradicción hablar de la extinción del medio y al mismo tiempo de su extinción.

Saludos.

Nash, por lo menos al chaval lo estáis motivando a la lectura. Hay padres que ni eso. En mi caso fue mi hermano mayor y siempre le estaré agradecido. Ahora soy yo el que le recomienda libros a mi madre, que los devora encantada.

Anónimo dijo...

Fue un entretenimiento masivo cuando no había otras alternativas de entretenimiento fácil y barato. Así ocurrió durante la postguerra.

Las alternativas que se han ido sumando, y digo sumando, a las existentes previamente (literatura, cómic, cine) son bienvenidas: tele, vídeo, internet, videojuegos.

Todos los medios se influyen recíprocamente. Se enriquecen y enriquecen.

Al cómic español siempre le ha gustado ir de víctima por la vida. El eterno moribundo con una salud de hierro.